Producto de la fuerte devaluación del peso de los últimos meses y de la mayor demanda China, las exportaciones de carne vacuna se duplicarían este año.
Eso significará que 2018 se convertirá en el año con mayores ingresos de divisas por esta actividad, por encima del 2009 que hasta ahora había sido el ciclo más productivo para los frigoríficos exportadores (con ventas al exterior por u$s 1653 millones).
Este año se llegaría a un valor de u$s 1800 millones (un 38% superior), gracias a más de 400.000 toneladas exportadas.
Así lo expresaron distintos actores del sector, representantes de las cámaras empresarias e industriales. Desde el Consorcio de Exportadores de Carnes Argentinas (ABC), su presidente Mario Ravettino dijo que el país espera embarcar un total de 410.000 toneladas de carne vacuna, justamente por el valor mencionado. "El mercado chino como cabeza de lo que es el bloque sudeste asiático es el que ha determinado este incremento sustancial de los volúmenes", afirmó el directivo en declaraciones a Reuters.
El año pasado, las exportaciones de carnes bovinas, sin contar menudencias, habían trepado hasta algo más de 209.000 toneladas peso producto, desde unas 157.000 del año anterior (crecimiento del 33%). Ahora, el piso previsto se fijó para más de 400.000 toneladas.
En este aspecto, las compras de China marcan el ritmo. Entre enero y julio de este año, el gigante asiático duplicó sus compras hasta 96.500 toneladas, lo que representó la mitad del total de las 1.000 toneladas embarcadas en ese período (por un total de u$s 1027 millones).
El buen momento de la industria permitió al sector aceptar sin críticas la decisión del Gobierno de bajar los reintegros a las exportaciones, que en el caso de la carne vacuna se fijaron en un rango de entre 0,5% y 1,25%, desde un 4% que estuvieron días atrás. "Era una herramienta que habíamos solicitado desde la industria con urgencia porque era una manera de paliar parcialmente el atraso cambiario. La baja no genera una queja dado que la devaluación del peso de los últimos meses más que compensa el atraso cambiario que traía el dólar, y es más amplia que la pérdida de esos reintegros.
La industria lo toma como un aporte que le hace a esta crisis", destacó Miguel Schiariti, Presidente de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes Argentina (CICCRA).
El directivo proyectó que el año cierre con un nivel de envíos al exterior que podría bordear las 420.000 toneladas. El consultor Víctor Tonelli fue más allá y pronosticó que la Argentina podrían finalizar el año en 470.000 toneladas. "Esto gracias a que el sector posee un dólar competitivo.
Bajó considerablemente el valor que los exportadores pagan por kilo por res en dólares, que es lo que reciben. En diciembre era entre u$s 3,2 y u$s 3,3 por kilo y hoy están en u$s 2,7", sostuvo.
Respecto a la producción interna Schiariti manifestó cierto alivio por la baja en la faena de hembras. "El mes pasado había llegado al 45% y temíamos el inicio de una nueva liquidación de vientres pero vemos que en julio se faenó el 41,5% de hembras. No quiere decir que iniciamos una retención de vientres sino que en los últimos meses, producto de la sequía, el límite de faena estaba en el límite superior. Es una buena noticia para el sector porque permite pensar que la producción de carne seguirá en crecimiento", resumió.
En tanto Ulises Forte, Presidente del IPCVA, sostuvo que al crecer en paralelo las exportaciones y el consumo interno se cayó un mito. "Este año hemos aumentado un 60% las exportaciones y 2 kg el consumo per cápita en el mercado interno y a pesar de eso la carne aumentó muy por debajo de la inflación. Comprobamos que los mercados internos y externos se complementan y no compiten entre sí", destacó.
El consumo se ubicó en 58 kg/año por habitante. En tanto, la producción acumulada en los siete primeros meses de 2018 alcanzó a 1,7 millones de toneladas peso res, yendo alrededor del 85% para abastecer el mercado interno, y un 15% destinado a exportación (el año pasado, por ejemplo, esos niveles se ubicaban en un 90%-10%).
Manuel Parera