A partir de fines del presente mes de junio el Mercado a Término de Buenos Aires (Matba) implementará una nueva herramienta destinada a facilitar las operaciones de compraventa de granos.
Por medio de una nueva modalidad, denominada Intercambio de Riesgo Crédito por Futuros (IRCF), los compradores y vendedores de soja, maíz, trigo, sorgo, cebada y girasol podrán cambiar contratos bilaterales (conocidos en la jerga financiera como "OTC", mientras que en el ámbito del agro se los denomina "forwards") por contratos de futuros u opciones sobre futuros registrados en el Matba, quien actuará como contraparte de la operatoria.
En el marco de IRCF, ambas partes -comprador y vendedor- deben acordar el registro de una determinada cantidad de contratos de futuros u opciones sobre futuros para cancelar una posición de similar tamaño y vencimiento fijada originalmente por medio de un forward.
La ventaja de esta alternativa es muy clara. Los forwards son una herramienta, tanto para compradores como para vendedores, rígida, es decir, que debe cumplirse más allá de cuáles sean las circunstancias de fuerza mayor que aparezcan con posterioridad al establecimiento del contrato.
Al tener esa característica, sólo pueden negociarse por un volumen limitado, pues la demanda de granos no puede asumir riesgos financieros sobredimensionados, mientras que la oferta tampoco puede comprometer por anticipado la mayor parte de una producción de granos que probablemente ni siquiera comenzó a sembrarse.
De esa forma, al intercambiar contratos bilaterales (OTC) por contratos de futuros negociados en un mercado institucional, ambas partes de la transacción eliminan los riesgos intrínsecos de la operación original, porque los nuevos contratos de futuros registrados por un IRCF pasan a quedar sujetos a los derechos y obligaciones de cualquier otra transacción de futuros que se realice y se registre en el Matba.
Un dato importante es que, si bien el precio de la transacción será determinado por mutuo acuerdo de las partes del IRCF, el mismo deberá reflejar la realidad comercial en el mercado. Sin embargo, si el precio en cuestión se encuentra significativamente alejado de dicho valor, deberá ser justificado por las partes, quedando a criterio de Matba su aceptación.
Este año, a causa de la sequía que recortó los rindes en vastas zonas agrícolas argentinas, puede darse el caso de productores que no lleguen a cumplir con los compromisos de entrega de granos pactados por medio de forwards.
En tales casos, el IRCF constituye una alternativa para que el productor pueda transformar el forward en un futuro, de manera tal de poder arbitrar esa posición en el Matba y liberarse del compromiso que no estará en condiciones de cumplir. La contrapartida de esa situación es que la demanda (el comprador de los granos) podrá esperar a que venza el contrato para optar por el recibo físico de la mercadería (o también arbitrarlo antes de esa fecha si lo considera conveniente).
Se trata solamente de un ejemplo entre muchos usos del IRCF. En definitiva, esta nueva herramienta brindará la posibilidad de que los integrantes de la cadena agrícola cuenten con mayor libertad para planificar y rediseñar de manera ágil su operatoria comercial en la actual coyuntura del negocio.