Mientras la cifra de hectáreas consumidas por el fuego en Alvear y también San Rafael supera las 100.000, por primera vez el clima dio un respiro que posibilitó atacar de manera directa el incendio para reducirlo.
En tanto los vecinos también se sumaron a la lucha organizando una colecta para asistir a las personas que están en las zonas calientes. El elemento que reúnen es hielo.
En la noche del viernes y la madrugada de ayer los vientos aplacaron su intensidad y hubo un marcado descenso de temperatura. Estas condiciones meteorológicas "jugaron a favor y se han podido cerrar sectores de incendios para ir circunscribiéndolo.
Todavía tenemos buen tiempo para poder seguir trabajando pero el lunes el pronóstico no es de lo mejor. Están anunciados vientos fuertes y altas temperaturas", aseguró Marcelo Mosiejchuk, coordinador regional del Servicio Nacional de Manejo del Fuego.
El funcionario reconoció que "tenemos aproximadamente 100.000 hectáreas afectadas y pueden ser más".
De acuerdo a la información oficial, desde que se desataron los incendios una semana atrás el fuego se esparció en un perímetro que ronda los 350 kilómetros.
La desolación en los campos es total. Hay grandes pérdidas de hacienda en pie que no ha sido cuantificada aún, más la fauna nativa, infraestructura ganadera con 5 puestos incluidos y daños importantes en la red eléctrica monofilar, en particular sobre la ruta provincial 203, al norte de Alvear.
En Alvear luchan a brazo partido para que el fuego no alcance la ruta nacional 188, mientras que del lado sanrafaelino la baja visibilidad producto del humo obligó a cortar temporalmente el tránsito en la ruta nacional 146, que une Monte Comán en San Rafael con San Luis.
La desesperación de los puesteros es total. Están aquellos que vieron cómo las llamas dejan cenizas y desolación a su paso y los que están de guardia y rezan para que el fuego no los toque.
En medio de ese clima en donde predomina la desazón, los lugareños piden casi a gritos ser escuchados. Entre los reclamos que hay, Sandra Duarte solicitó que los organismos encargados de la lucha contra los incendios o la policía monitoreen la frecuencia de VHF que usan los puesteros para contactarse.
Es la red RIN o comúnmente conocida como frecuencia ganadera. Al no contar con otro tipo de comunicación, si no les prestan atención a esa frecuencia "cuando alguien pide ayuda, los operadores no estarían a la altura de las circunstancia, tal vez por falta de un protocolo de emergencia o experiencia, lo que ocasiona un atraso en el pedido de ayuda de los puesteros", comentó Sandra por medio de un correo electrónico dirigido a diario Los Andes.
Sandra también solicitó carretones para mover la maquinaria pesada "de un lugar a otro y de ese modo podrían llegar más rápido al lugar del siniestro".
Marisa Álvarez tiene campo al norte de Corral de Lorca y reza para que el fuego siga sin tocarla. Sin embargo está prendida a la radio (VHF) siguiendo los acontecimientos porque su sobrina, María Inés Ávila, está en el campo El Fortín y padeció el ataque voraz de las llamas.
Ella se plegó al pedido de Sandra. "Es que no nos tienen en la radio o no escuchan la frecuencia y ésa es la única forma que tenemos de comunicarnos en el campo", sostuvo.