El tercer knockout climático en apenas dos años coloca a la Argentina en emergencia lechera y promoverá un nuevo recorte de la producción que esta vez se focalizará en la provincia de Buenos Aires.
Así lo consignó un análisis del sitio Valor Soja que destacó que el desastre climático ocurrido este fin de semana en la región pampeana argentina provocará un nuevo recorte de la producción prevista de leche al complicar especialmente la situación de las cuencas tamberas bonaerenses.
Las lluvias torrenciales que provocaron un agravamiento de las inundaciones y anegamientos en las cuencas lecheras bonaerenses de Abasto, Oeste y Sudeste, además de impedir, en muchos casos, los ordeñes, impactarán en la productividad de las vacas, además de las dificultades crecientes para retirar la leche de los campos.
En los tambos de la provincia de Buenos Aires se encuentra el 28 % del rodeo lechero nacional, según los últimos datos, correspondientes a marzo de 2017, publicados por el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (Ocla).
"Consideramos desde Ocla que la producción argentina de los siete primeros meses de 2017 está entre 1 % y 2 % por debajo de igual período de 2016 (que fue de 9.895 millones de litros)", indicó el último informe de coyuntura del organismo con datos actualizados al mes de julio pasado.
Con el nuevo desastre climático debidamente anticipado por el Servicio Meteorológico Nacional -el tercero en apenas dos años- ahora será necesario recalcular la oferta nacional proyectada de leche para el presente año.
El desastre ocurrido en el segundo trimestre de 2016 en las cuencas lecheras de Santa Fe y Córdoba provocó una caída de la producción que derivó en un alza sustancial de los precios minoristas de los principales productos lácteos y en desabastecimientos temporales de productos puntuales.
A comienzos de 2017 esas mismas cuencas volvieron a registrar un segundo golpe climático.