Vecinos de los barrios que rodean el acceso sur a la ciudad convocan a una reunión abierta para ver cómo enfrentar el "desastre ecológico" que provoca la deriva de los residuos de cereales de los silos portuarios de la Unidad VI y VII, que opera la empresa concesionaria Servicios Portuarios SA. Según denunciaron, durante las últimas semanas llenó el aire de polvillo y cascarillas de cereal en las zonas de Echeverría, Grandoli, barrio Universitario y Municipal, para llegar incluso hasta el macrocentro rosarino.
Patricia Aguirre, quien forma parte de Vecinos Autoconvocados contra la Contaminación Agrotóxica (Vacca), explicó que el encuentro será mañana, a partir de las 16, en el salón del Parque del Mercado, ubicado en Cepeda y Gutiérrez. "Mucha gente está preocupada, porque si bien estos días amainó bastante, durante las últimas semanas la cantidad de polvillo que volaba fue impresionante", dijo.
Este polvillo, que "vuela" hacia la ciudad dependiendo de las condiciones climáticas (sobre todo el viento), provoca en los vecinos irritación de mucosas, alergias y problemas respiratorios, según relató Aguirre en base a su propia experiencia y a la de muchos otros habitantes de esos barrios.
"La zona sur ha soportado en las últimas semanas un verdadero desastre ecológico por el funcionamiento a pleno de los silos de la Unidad VI y VII, nada más ni nada menos que 180 silos con dos muelles de carga de barcos que pueden operar hasta 800 camiones por día, con una capacidad de carga de 230.000 toneladas diarias, según datos de la misma empresa" agrega el comunicado emitido por Vacca.
Este vendaval de desechos "inundó no sólo a la zona cercana de los silos, lo que pasa habitualmente", sino también "a grandes sectores de la ciudad, con una lluvia impresionante de polvillo y cascarilla de cereal que además fue rociada con agrotóxicos de todo tipo".
Aguirre contó que ante esta situación, que se repite año tras año y que se intensifica en época de cosecha gruesa (casi terminada a esta altura del año), desde hace dos años un grupo de vecinos comenzó a reunirse para intentar armar alguna estrategia en común.
Para la reunión de mañana también citaron a Carlos Badía, médico que trabaja en el Centro Médico Grandoli y "que conoce la historia" del barrio. "Ha crecido mucha la alergia en niños y personas mayores porque el polvillo vuela siempre porque el puerto no deja de trabajar. A veces se ve más, otras veces menos, pero es casi constante", agregó.
Autoridades
Si bien han tenido algunas reuniones con autoridades, hasta ahora no hay atisbo de solución alguna ni plan para al menos atemperar la situación de contaminación que padece esa zona del sur de la ciudad.
"La experiencia nos ha mostrado que los temas relacionados al puerto son delicados, hay muchos intereses en juego y para colmo tiene jurisdicciones cruzadas entre Nación, Provincia y Enapro" destacó Aguirre.
"Tenemos cero respuestas, se ve que no les interesa el tema de la salud de la gente porque lo que alientan es que se exporte más", sintetizó."Los silos funcionan impunemente sin ningún tipo de control, bajo responsabilidad no sólo de los empresarios, a quienes sus ganancias les importan más que la salud y las condiciones de vida de la población, sino también por la propia responsabilidad del Estado en todos sus niveles (municipal, nacional y provincial)" destaca el comunicado difundido en las redes por los vecinos autoconvocados.