El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) señaló que ese organismo sea el encargado de establecer obligaciones respecto al manejo y venta de agroquímicos y apuntaron contra el Estado provincial, después de que un relevamiento encargado por un abogado ambientalista detectara irregularidades en alimentos fumigados en Rosario.
El organismo nacional salió a contestarle a la Agencia Santafesina de Seguridad Alimentaria (Assal), que había centrado en el Senasa la responsabilidad de controlar la utilización de agroquímicos por parte de los productores primarios de verduras y frutas.
"El Senasa no establece obligaciones respecto al manejo de los plaguicidas: registra y aprueba los productos para que los productores puedan trabajar, con límites máximos de residuos y días de carencia. Pero no establece obligaciones respecto a ese manejo porque atrás de eso hay normativa provincial", dijo Paola Scalise, supervisora de inocuidad vegetal de Senasa del centro regional Santa Fe.
"En Santa Fe eso le corresponde al Ministerio de la Producción que es el que verifica", agregó la funcionaria.
También explicó que desde el año 2003 el organismo nacional empezó a trazar la producción a través de un registro de productores llamado Renspa específico para productores agrícolas, "ya que -señaló- una de las incumbencias del Senasa es la identificación de todos los productores frutihortícolas".
Además, sostuvo que otra de las funciones del organismo es la fiscalización de las producciones con tráfico federal o internacional, lo que excluye a las producciones de los cinturones verdes así como a las bocas de expendio de venta directa.
Comercialización:
Scalise también disparó contra la provincia en lo referente al control sobre el mercado de venta de agroquímicos, una función que, según puntualizó, corresponde al Estado santafesino según establece la ley 11.273.
"Hay que controlar que las recetas de venta de agroquímicos vengan amparadas por un ingeniero agrónomo, porque si esta fiscalización la hiciera el productor estaría obligado a informarse", subrayó.
También agregó que el mayor problema de la producción hortícola es la informalidad. "El productor no está asesorado, va a la agroquímica y compra lo primero que ve. Esta falta de conocimiento trae aparejados desvío de usos y además límites superados".
Además, se mostró sorprendida por la cifra del 30% de irregularidades en verduras difundido desde la provincia: "No se sabe el detalle de estas detecciones", dijo para agregar que, según sus cifras (que no son de acceso público) a nivel país, el Senasa detectó el año pasado problemas en el 3,36% de las frutas y el 11,94% de las verduras y hortalizas.
"El problema es que no hay comunicación entre los dos organismos sanitarios (Senasa y Assal), son cuestiones políticas que me exceden porque yo soy una técnica"