Luego de varios años de diferencias, que incluso llegaron hasta la Justicia, Monsanto arribó a un acuerdo con Agricultores Federados Argentinos (AFA) para la comercialización de la tecnología Intacta.
"El acuerdo con AFA apuesta al futuro. Es un reconocimiento por parte de esta importante cooperativa de primera grado de la propiedad intelectual de Monsanto sobre la tecnología, que hará que el sistema funciona mucho mejor", destacó Patricio Gunning, gerente de Asuntos Corporativos de Monsanto y uno de los negociadores del acuerdo.
Si bien el semillero y la cooperativa mantenían una relación comercial para la venta de semillas de sus marcas Dekalb, La Tijereta, y el herbicida Round up (de propiedad de Monsanto), las divergencias entre las partes se produjeron con la introducción al país de la tecnología de la soja Intacta RR2 PRO.
AFA, una cooperativa de primer grado que agrupa a más de 12 mil productores y con más de 70 puntos de ventas, no estaba dispuesta a reconocer el sistema de cobro de la tecnología implementado por el semillero.
La disputa llegó hasta la Justicia, instancia en la que Monsanto reclamó por el pago de la patente y el reconocimiento de la propiedad intelectual.
El camino del acuerdo
Sin embargo, la resolución 207 de mayo pasado dispuesta por el Gobierno allanó el camino para la firma del acuerdo. La disposición oficial, a través de la cual todos los envíos de soja de la última campaña al puerto deben ser muestreados para el testeo a través del sistema Bolsatech, faculta al Instituto Nacional de Semilla (Inase) a ejercer el poder de policía.
En el caso de detectarse en el análisis del laboratorio la presencia de la tecnología Intacta, y siempre y cuando el productor no la haya pagado previamente, Monsanto podrá reclamar el pago por el uso. Para ello, el semillero ha desarrollado un sistema de remediación que le ofrece al productor facilidades para cancelar esa obligación.
Durante la última campaña, el 40 por ciento de la soja utilizada en el NOA fue con tecnología Intacta, al tiempo que 65 por ciento de los productores que utilizaron la soja resistente a insectos y a una mejor formulación de glifosato en el país pagó por la tecnología en forma anticipada.
Mientras busca que el Congreso le apruebe una nueva ley de semillas, el Gobierno no descarta prorrogar por una campaña más los alcances de la resolución 207.