Tras varios años de pruebas piloto, crianceros de Malargüe comenzaron este fin de semana los preparativos para la esquila de unos 500 guanacos silvestres en la reserva provincial La Payunia, al sur de Mendoza, emprendimiento que ya cuenta con una hilandería financiada por la Nación para la venta de lana y tejidos.
Se trata de la Cooperativa Agropecuaria 'Payún Matrú' de producción, transformación y comercialización que integran unas 30 familias crianceras de bajos recursos que habitan en la reserva La Payunia, área natural protegida más grande que tiene Mendoza de 4.500 kilómetros cuadrados donde habitan miles de guanacos.
Desde el sur mendocino, el presidente de la Cooperativa Jorge Soto informó a Télam que "ya se logró el permiso de gobernación y el campamento está listo para la esquila y el armado de la manga para la captura, arreo y la esquila programada en tres fines de semana de octubre".
"Lo ideal sería esquilar unos 500 guanacos, pero es una captura de animales silvestres y nunca se sabe si serán muchos o pocos", dijo Soto y aclaró que la manga tiene 3 kilómetros de largo y una boca de kilometro y medio por donde se lleva tranquilamente a los animales a los corrales".
"Allí están bien cuidados para que no se lastimen, bien ventilados y que miren para afuera para que no se estresen", aclaró el criancero.
Tras varios años de pruebas y aprendizaje, el gran avance se dio el año pasado con la inauguración de la hilandería en la localidad de La Salinilla, en Malargüe, al sur de esta provincia, donde asistió el ministro de Ciencia y Tecnología Lino Barañao para culminar este ambicioso proyecto público privado, financiado por la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica.
"Hacemos un trabajo basado en el buen trato al animal. Está comprobado que la esquila no influye en la reproducción y que el animal no se muere ni estresa después de la esquila, a la vez que hay una estrategia de conservación y uso sustentable de un proyecto nuestro que es modelo latinoamericano", destacó Soto.
Este fin de semana, los integrantes de la cooperativa armarán la estructura y dejarán preparados el galpón, la manga de captura y los corrales para esquilar los fines de semana del 7, 14 y 28 de octubre "y luego levantar y dejar todo impecable".
La tarea que se avecina, explicaron desde Malargüe, "no es hacer un arreo masivo, sino de captar unos 200 animales por fin de semana para evitar crear disturbios y hacer una extracción racional, y así como se van esquilando se van liberando en el momento al campo nuevamente".
Dese la Secretaría de Ambiente provincial, el jefe de Gabinete Eduardo Sosa destacó que el emprendimiento "es interesantísimo" y que el ministro Barañao "es un gran impulsor", aunque reconoció que a futuro deberán presentar evaluaciones de impacto ambiental para lograr los dictámenes de los ministerios de Economía y de Desarrollo Social y conocer si realmente la silvestría de guanacos es sustentable.
Los pequeños productores saben que es un producto caro por el alto costo de obtención, "pero la idea es llegar a tener stock para exportar y vender prendas terminadas para lo cual hay mucha gente interesada".
Esta iniciativa es producto de un consorcio constituido por el CONICET, el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), la Municipalidad de Malargüe y la Cooperativa, cuyos miembros presentaron en el 2012 el proyecto como Desarrollo Social de Camélidos a la Agencia de Promoción Científica y Tecnológica y resultaron beneficiados con un subsidio para mejorar la cadena de valor de la fibra de guanacos en el sector de productores de pequeña escala.
Según se informó desde el Conicet, la iniciativa incluye cinco módulos que son la producción primaria de la fibra teniendo en cuenta altos estándares de bienestar animal, el desarrollo textil de la fibra que comienza con la inauguración de la hilandería, la comercialización de los productos, el fortalecimiento institucional y finalmente la difusión y transferencia de la experiencia.
El hilado de este tipo de lanas llamadas "fibras preciosas" por el altísimo costo que tienen en el mercado mundial, se realiza en todo el país de manera artesanal, y trabajarla ahora industrialmente logrará ganar mercados y unirá a los puesteros de la zona en un proyecto común para aprovechar al guanaco, animal al que solían verlo como una plaga.