Los dirigentes de los clubes se enteraron por boca del propio Armando Pérez que el Gobierno está dispuesto a pagar nada más que 900 millones de pesos por los últimos 6 meses del año, en lugar de los 1.250 que esperaban, ya que según ellos rige el contrato firmado en Fútbol para Todos porque no empieza la Superliga, que iba a subir los $1.800 M anuales a $2.500 M.
Esto hizo acelerar los trámites para rescindir el contrato y hasta se consultó a la empresa Turner (que le presentó oficialmente a la Comisión Normalizadora su oferta de $3.200 millones por año) si podía hacerse cargo en este año, en lugar del otro. La respuesta fue: "Técnicamente sí, pero es muy desprolijo, porque nosotros queremos participar de una licitación para que tenga validez nuestro contrato y no sea cambiado en el futuro.
Lo cierto es que la AFA está desde hace tiempo en un callejón sin salida, presionado por el Gobierno desde el lado del dinero y por la Justicia por el otro, con los expedientes que está investigando María Servini de Cubría. Esto, más la ineficacia de los dirigentes que se siguen peleando entre ellos, hace que la cosa sea cada vez más difícil de destrabar.
Por lo pronto y ante la amenaza de huelga del ascenso, que ayer se reiteró con mucha firmeza, hay promesa del Gobierno de liberar el viernes 300 millones de pesos, como anticipo para pagar las deudas. La mitad quedará en AFA y el resto se repartirá entre los clubes de primera. La deuda que mantiene la AFA con las categorías de ascenso es de 44 millones de pesos para la B Nacional, 20 millones para la Primera B, 10 millones para la Primera C y $1,5 millón para la Primera D, que podría ser saldada con este monto. El campeonato de primera se sorteará el martes y tendrá 2 ascensos y 4 descensos.