La industria avícola es otro de los sectores que está viviendo una situación complicada por el incremento de sus costos (principalmente por la suba del maíz y la soja, dos insumos fundamentales para la alimentación animal) y a esto se le suma una baja en los precios internacionales lo que dificulta el negocio de la exportación, ante este panorama los empresarios están pidiendo al Gobierno que evalúe la posibilidad de ofrecer algún tipo de reintegro.
"Reconocemos que el sector avícola, en lo que respecta al sector agroindustrial, es uno de los que más ha crecido en los últimos 10 años, no sólo en producción y abastecimiento al mercado interno sino también en la exportación de productos de alta calidad, pero hoy nos encontramos ante una difícil situación en la que los números no cierran. En los últimos años ya arrastrábamos problemas derivados de un tipo de cambio que no era competitivo y hoy pos- devaluación no pudimos absorver las ventajas porque fueron neutralizadas por la alta inflación.
En este contexto hubo una baja generalizada en los precios internacionales del pollo, al tiempo que se trabajó fuertemente en no trasladar el incremento de los costos productivos al mercado interno. Esta sumatoria de cuestiones nos deja poco margen, por eso pedimos que el Gobierno nacional atienda esta situación particular, de manera transitoria, con algún tipo de reintegro a las exportaciones y la baja de determinados impuestos para que la actividad siga creciendo", detalló a Ámbito Financiero Héctor Motta, presidente del Grupo Motta, uno de las firmas avícolas más importantes de la Argentina.
Las estadísticas del Ministerio de Agroindustria dan cuenta que en los primeros cuatro meses del año la faena de aves cayó 11%, las exportaciones 34%, el consumo interno 16% y paradójicamente las importaciones crecieron el 115%, ante esta situación Motta advierte: "Estamos muy preocupados por las importaciones, que son principalmente de Brasil, ya que competimos contra un producto que tiene costos productivos menores mientras que la industria nacional trabaja para abastecer la totalidad del mercado interno que hoy tiene un consumo de 45 kg de carne de pollo por habitante por año. Sin lugar a dudas se tendrían que cortar lo antes posible ya que nos está provocando un gran daño.
Lo mismo sucedió en la segunda mitad de la década del 90 en donde los pollos de Brasil inundaron el mercado interno en detrimento de la industria nacional. No podemos permitir que vuelva a pasar una cosa semejante, hay que defender la industria local y sobre todo la avicultura que se caracteriza por estar constituida por empresas pymes y que es, además, una fuerte economía regional que en los últimos años no dudó en reinvertir para seguir creciendo".
En este contexto no todas son malas, los empresarios avícolas se entusiasman ante el proyecto de ley de incentivos fiscales para las pymes que recientemente recibió media sanción de la Cámara de Diputados: "Aquí se abre una luz de esperanza ya que los alcances de esta ley pueden beneficiar a muchas empresas del sector. Por supuesto que también nos gustaría acceder a créditos con tasas más convenientes pero reconocemos que fuimos muy beneficiados con los créditos del Bicentenario e invertimos en consecuencia, por eso no queremos perder el envión de crecimiento ya que tenemos un plan para crecer alrededor del 20% en el mediano plazo con la mirada puesta en el mercado internacional pero sin descuidar al consumo interno ", explicó Motta.