Los sectores productivos de la Argentina, un país bendecido por estar en el lote del 10% de naciones que producen más alimentos de los que consumen, se verán beneficiados con un nuevo crecimiento de la demanda mundial, aunque en un ritmo menor al de los últimos años. Lo afirmó un estudio realizado por la OCDE y la FAO que analizó las perspectivas globales hasta 2025.
El informe sobre el pulso del mercado mundial de alimentos considera que, a pesar de una renovada demanda, "el reciente período de precios altos de los productos básicos agrícolas muy probablemente ha terminado". De todos modos, ambos organismos internacionales recomendaron "estar alerta, ya que la posibilidad de grandes fluctuaciones de los precios continúa siendo elevada".
En este sentido, las Perspectivas 2016/2025 arriesgan que es muy probable que el precio de las carnes aumenten más que los de los granos, debido a la presión de nuevas capas de la población (especialmente en Asia) que se sumarán a la clase media. "A medida que la población cuente con mayores ingresos -en especial en las economías emergentes-, la demanda de carne, pescado y aves de corral experimentará un fuerte crecimiento".
Para la Argentina, que no solo exporta carnes sino los principales granos para producirla (soja y maíz), la noticia sería doblemente buena, pues el crecimiento del consumo de proteínas animales generará a la vez "una demanda adicional de piensos, en especial a partir de cereales secundarios y harinas proteicas, haciendo que sus precios suban en relación con alimentos básicos como trigo y arroz".
Según el análisis de FAO y OCDE, se espera hasta 2025 una reducción del número de personas subalimentadas en el mundo, desde los actuales 800 millones a menos de 650 millones. "Esto implica que, sin medidas contundentes, no se erradicará el hambre en 2030, como señala uno de los objetivos adoptados recientemente por la comunidad internacional", admiten ambos organismos.
La OCDE y la FAO señalaron además que el grueso de las exportaciones de productos básicos continuará teniendo origen en unos pocos países, entre los que se ubica la Argentina. Del lado de las importaciones, se evaluó que "estarán mucho menos concentradas", aunque China seguirá siendo un mercado clave para algunos productos, en particular la soja.
Entre otras conclusiones del informe figuran las siguientes:
- Se espera que el comercio agrícola mundial crezca un 1,8% anual en volumen durante los próximos diez años, en comparación con el 4,3% anual durante la última década.
- En los países en desarrollo, se calcula que el consumo de azúcar aumentará en un 15% per cápita y el de los productos lácteos en un 20% durante el período de la proyección.
- Tras los fuertes aumentos en los últimos años, se prevé que la producción agrícola aumente en torno al 1,5% anual a nivel mundial.
- En América Latina, el cultivo de soja protagonizará la mayor parte del aumento estimado del 24% de la superficie cultivada en los próximos 10 años.