En el primer cuatrimestre de 2013 –según datos oficiales del Senasa– Argentina exportó carne aviar fresca por 84.950 toneladas versus 40.003 toneladas de cortes frescos bovinos (+112%).
Es decir: en los primeros cuatro meses de este año por cada dos kilos de carne de pollo se exportó apenas uno de carne bovina.
En el enero-abril de 2012 esa diferencia había sido del 67% (71.828 toneladas aviares versus 42.839 bovinas), mientras que en 2011 fue del 4% (49.385 versus 47.444 toneladas).
El progresivo crecimiento relativo de las exportaciones de pollos en desmedro de las de carne vacuna es un reflejo de proceso de desmantelamiento que viene registrando desde 2009 la industria frigorífica (proceso que no terminó aún: la semana pasada el grupo brasileño informó que planea ahorrarse unos 15 millones de dólares al cerrar dos de las cuatro plantas industriales que la compañía tiene en el mercado argentino).
Si bien la carne argentina es uno de los productos emblemáticos del país en el mundo, el gobierno nacional aplica un derecho de exportación del 15% sobre el mismo. La carne aviar, en cambio, casi no tiene retenciones al contar con un derecho del 5,0% y un reintegro del 3,4% (es decir: tiene una retención efectiva de 1,6%). Además, las industrias avícolas argentinas son “subsidiadas” con un maíz baratísimo (unos 195 u$s/tonelada en la región pampeana argentina versus 250 u$s/tonelada en Uruguay).
El dato es que en el primer cuatrimestre de 2013 más de la mitad del total de carne aviar exportada (84.950 toneladas) se destinó al mercado venezolano en el marco de acuerdos bilaterales gestionados entre representantes del gobierno kirchnerista con sus pares bolivarianos