Maquinaria

Los que ahorraron en fierros no se equivocaron

Pero este año se acabó el dinero fácil para protegerse de la inflación por medio de la compra de maquinaria agrícola. En 2013 se registró un importante crecimiento de las ventas

15 Mar 2014

El año pasado la venta de maquinaria agrícola creció de manera significativa a parte de la posibilidad de adquirir bienes dolarizados con créditos subsidiados que contaban con tasas de interés reales negativas (fiesta que se acabó este año con el ordenamiento de la política monetaria por parte del BCRA).

Los que optaron por ahorrar en fierros con préstamos súper convenientes no se equivocaron: luego de devaluación –instrumentada este año por el gobierno nacional– las cuotas de los créditos se licuaron al tiempo que el valor en pesos de la maquinaria adquirida se ajustó al nuevo tipo de cambio.

Esa metodología –ante la imposibilidad de comprar dólares en el mercado oficial– permitió que la venta de bienes durables actúe como instrumento de reserva de valor.

En los primeros nueve meses de 2013 se vendieron en el mercado argentino 4005 tractores importados versus 3082 en 2012 (+30%), según datos difundidos por el Indec.

El principal beneficiario de ese fenómeno fue la filial argentina de Case New Holland, la cual, al ser controlada por el grupo Fiat (que exporta a Brasil vehículos ensamblados en la Argentina), dispuso de un mayor margen cambiario para importar tractores (en el marco de la política de compensación de divisas implementada hasta el año pasado por el gobierno nacional).

También se incrementaron de manera significativa las ventas de tractores producidos en la Argentina: el año pasado se comercializaron 3471 unidades nacionales versus 1999 en 2012 (+72%).

El año pasado se vendieron además 784 cosechadoras fabricadas en el territorio nacional versus 554 en 2012. Vale aclarar que en este caso se consideran también a las cosechadoras ensambladas en el país, las cuales, en el caso de la filial local de John Deere –por ejemplo– tienen apenas un 10% de componentes nacionales (es decir: muchas de las unidades “nacionales” medidas por el Indec son más foráneas que locales).

Las ventas internas de cosechadoras importadas en 2013 fueron de 456 unidades versus 672 en 2012. El principal motivo de esa caída es una disminución de la oferta generada por las restricciones implementadas por el gobierno nacional para evitar la salida de divisas (que en el caso de la filial local de Claas, por ejemplo, impidió directamente el ingreso de cosechadoras).

Las ventas internas de sembradoras –fabricadas por Pymes argentinas– fueron de 2313 unidades en 2013 contra 2325 en 2012 (-1%). Esto se explica porque, a diferencia de tractores y cosechadoras, las sembradoras no son viables como instrumento de reserva de valor.

La mayor parte de las operaciones de ventas de maquinaria agrícola de origen nacional se realizó en 2013 por medio de créditos a tasa subsidiada del Banco Nación. Eran préstamos con un plazo de hasta cinco años y una tasa fija en pesos del 7,5% y 9,5% anual para Pymes y grandes empresas respectivamente (se permitía financiar hasta un 70% del valor de la unidad).

Pero en el presente año ya no existen condiciones tan favorables: el Banco Nación, para la compra de maquinaria, a la fecha sólo dispone de créditos a diez años con una tasa nominal anual del 17,50% durante los primeros tres años y tasa Badlar + 3 puntos los siguientes siete años (en la actualidad la Badlar se encuentra en torno al 26% anual).