El Gobierno exige a la cadena láctea crecer al siete por ciento
Esto es lo que sucedió en la reunión dentro del Ministerio de Agricultura
No había mucho para esperar, pero había que estar presente. La reunión que se llevó a cabo ayer en el Ministerio de Agricultura de la Nación no dejó en claro más que dos puntos para la cadena láctea, el primero la obstinación sobre una política inadecuada pero que el Gobierno vende como exitosa; y el segundo ítem es la necesidad de dólares de la caja nacional a través de la cual ahora se pretende de golpe hacer crecer un siete por ciento la producción.
Con la presencia del secretario de Comercio Interior, Augusto Costa, de la ministra de Industria, Débora Giorgi, del ministro de Agricultura, Carlos Casamiquela, del secretario de Agricultura, Gabriel Delgado; de Emergencia Agropecuaria, Javier Rodríguez; la subsecretaria de Coordinación Política, Carla Seain; y el subsecretario de Lechería, Arturo Videla, se recibió al Centro de la Industria Lechera, la Junta Intercooperativa, Apymel, la Mesa Nacional de Productores de Leche, las cámaras tamberas afines al Gobierno, para abrir lo que nadie niega, que es el diálogo. Pero a las palabras hay que ponerles decisión y que tengan la mirada correcta para no seguir afectando al crecimiento pretendido.
Los industriales plantearon el cierre de un 2013 complejo, con una caída en la recepción de materia prima; los tamberos hablaron de los problemas de financiamiento, de las pérdidas de rentabilidad por la compra del 75 a 80 por ciento de los insumos en dólares, pero a pagar de inmediato por el cierre de las cuentas corrientes y por tener precios pisados en la planchada de fábrica que hacen que el pago de la leche cruda se atenga a la mala manera de frenar la inflación que ensaya el Gobierno. Hubo así un anuncio de pago de diez centavos más a partir del mes de febrero, por parte de las industrias, respecto al precio de diciembre, que entonces llevaría el litro a los 2,50 pesos en promedio (según los productores por la ecuación surgida de las exportaciones se podría llegar a pagar 3,60), para promover una estabilización de la producción, a la que consideraron “comprometida”.
Con la promesa de una nueva reunión en diez días, el Gobierno pretende sellar un acuerdo, promover el crecimiento del siete por ciento de la producción, sin nuevas políticas, para que así crezca la exportación, proceso que lleva varios meses. Hay que tener en cuenta que actualmente todos los productos están regidos por el sistema de emisión de los ROE, que enlentecen el cumplimiento de plazos con clientes internacionales y así se demora el cobro de los buenos precios que tienen los lácteos afuera, con la mira puesta en los casi cinco mil dólares por tonelada de leche en polvo.
El objetivo irracional del Gobierno es difícil de cumplir, pero en la idea de haber tenido una década ganada, a pesar de tener los mismos niveles de producción que hace esos diez años, con la prueba del descenso de las ventas al extranjero en diciembre.
Enfrascados en una política errónea, a pesar que a la salida del encuentro muchos dijeran que la reunión fue positiva, quizá por la puesta en común, pero no por las intenciones últimas, el Gobierno sigue por la senda de no dejar crecer al sector. Será entonces a mediados de la próxima semana que se les va a exigir a industrias y a productores prender la máquina, pero con los mismos precios que venían teniendo y sin contemplar la inflación. Será así que se repita el necio círculo kirchnerista de hacer las cosas a cualquier precio, como a la vez se le permite al supermercadismo protegido, ante la devaluación y sin la conciencia real del desarrollo.
Por Elida Thiery (redacción LA OPINION)