Soja

No va más

La agricultura tradicional ya no es viable en el norte de Salta por el crecimiento desmedido de costos. En el ciclo 2013/14 se derrumbará el área de soja y maíz.

1 Nov 2013

La agricultura tradicional ya no es viable en el norte de la provincia de Salta a causa del combo letal integrado por la sequía, la inflación y las restricciones comerciales que impiden vender los granos en países limítrofes.

“Una de las alternativas de supervivencia que estamos implementando es producir especialidades agrícolas ante la inviabilidad económica que presentan los cultivos de soja y el maíz en la región”, comentó Candela Plomer, asesora del CREA Las Maravillas (integrado por empresas que suman unas 30.000 hectáreas agrícolas en la zona de influencia de la ciudad de Tartagal).

En el ciclo 2013/14 las empresas del CREA Las Maravillas sembrarán menos de 1000 hectáreas de soja versus 12.000 en la campaña anterior, mientras que en el caso del maíz serían apenas 600 contra 2500 hectáreas en el ciclo 2012/13.

“Con el valor actual de los fletes a Rosario, que se ubican en torno a 370 pesos por tonelada, los márgenes dan negativos aún con rindes históricos (propios de una situación climática normal) de 25 qq/ha de soja y 50 qq/ha de maíz”, explicó Plomer en un artículo publicado por el Movimiento CREA (InfoCREA).

Para los productores de la zona es mucho más conveniente (y más lógico en términos geoeconómicos) comercializar sus granos en Bolivia, Paraguay o Chile. Pero al no haber posibilidades de obtener licencias de exportación (ROE), esa alternativa es virtualmente imposible.

Entre los cultivos alternativos que crecerán en la zona se incluyen la chía, porotos, sésamo y quinoa (los dos últimos se sembrarán en esta campaña a modo experimental). “La última cosecha de poroto color (blanco, colorado, colorado light y cramberry) fue tan pobre que lo poco que se levantó se guardó para semilla”, señaló Plomer.

Cuatro años atrás comenzaron a sembrar chía –en el marco de contratos con empresas exportadoras– como alternativa a los cultivos tradicionales. “Si bien se trata de un cultivo muy interesante para la zona, en el ciclo 2012/13, debido a la sequía, no llegamos a cosechar el rinde de indiferencia”, indicó la asesora CREA.

“Este año aún no se han firmado contratos de producción por la incertidumbre de mercado generada por el importante crecimiento esperado del área de chía; al tratarse de un cultivo tan reciente, no sabemos si la demanda del mismo es elástica o inelástica”, añadió.

En los últimos años la elevada presencia de malezas tolerantes a glifosato y orugas resistentes a piretroides y fosforados incrementaron de manera significativa los costos de producción de los cultivos tradicionales.

Para poder sembrar lo poco que se va hacer de soja y maíz en la presente campaña deberían ocurrir lluvias suficientes hacia fines de noviembre.

“Qué llueva mucho antes es contraproducente porque los campos se inundan de malezas, aumentando los costos de barbechos y desperdiciando valiosos milímetros”, señaló Plomer.

Las especialidades agrícolas –como la chía o el poroto– se siembran en la zona a partir de febrero. El régimen de lluvias en la zona se corta a partir de abril (con lo cual no pueden producirse cultivos de invierno).

“En el último año la situación social presente en el norte salteño desmejoró mucho. Los robos rurales de productos químicos y hacienda vienen creciendo a la par del desempleo y la desesperación”, apuntó Plomer.