El Parlamento Europeo habla
Propuesta de resolución del Parlamento Europeo sobre crisis alimentarias, fraudes en la cadena alimentaria y su control
El Parlamento Europeo, a partir del plan de actuación basado en cinco ejes que presentó la Comisión en marzo de 2013 tras el fraude de la carne de caballo y la propuesta de Reglamento relativo a los controles oficiales y las demás actividades oficiales realizados con el fin de garantizar la aplicación de la legislación sobre los alimentos y los piensos, y de las normas sobre salud y bienestar de los animales, fitosanidad, materiales de reproducción vegetal y productos fitosanitarios y considerando los sectores afectados en el fraude alimentario y la complejidad de la cadena alimentaria reconoce que la lucha contra el fraude alimentario es un punto relativamente nuevo en el programa europeo, y que en el pasado nunca ha sido una prioridad clave de legislación y ejecución a nivel de la UE o nacional.
Además, subraya la necesidad de tener una idea más precisa de la escala, incidencia y elementos de los casos de fraude alimentario en la UE; pide a la Comisión y a los Estados miembros que, de manera sistemática, recopilen información sobre los casos de fraude e intercambien las mejores prácticas para detectar y luchar contra el fraude alimentario.
También señala que la legislación de la UE no recoge en la actualidad una definición del fraude alimentario, y que los Estados miembros adoptan diferentes enfoques; considera que es esencial una definición uniforme para desarrollar un enfoque europeo de lucha contra el fraude alimentario; hace hincapié en la necesidad de adoptar rápidamente una definición armonizada a nivel de la UE, que incluya elementos como incumplimiento de la legislación alimentaria o inducción a error del consumidor, intencionalidad, y lucro.
Indica que los casos recientes de fraude alimentario han puesto al descubierto distintos tipos de este fraude, sustituir ingredientes clave por alternativas más baratas, etiquetar falsamente las especies animales usadas en productos cárnicos, etiquetar incorrectamente el peso, vender alimentos convencionales como ecológicos, utilizar de manera desleal logotipos que indiquen un origen o de calidad en materia de bienestar de animales, etiquetar pescado de la acuicultura como salvaje, o falsificar y comercializar alimentos ya pasada su fecha de caducidad.
También señala que, entre los alimentos que a menudo son objeto de actividades fraudulentas, están el aceite de oliva, el pescado, los productos ecológicos, los cereales, la miel, el café, el té, las especias, el vino, determinados zumos de frutas y la leche. Entre ellos, no se encuentra la carne.
El Parlamento Europeo manifiesta su preocupación por los signos que indican que el número de casos va en aumento y que el fraude alimentario es una tendencia al alza que refleja una debilidad estructural en la cadena alimentaria.
Factores contribuyentes
Entre los factores contribuyentes al fraude alimentario, el Parlamento Europeo destaca:
• Se da generalmente allá donde es elevado el posible lucro financiero y baja la probabilidad de ser detenido; considera lamentable que sea lucrativo cometer fraude alimentario en la UE y que la probabilidad de ser detenido sea relativamente baja.
• El carácter complejo y transfronterizo de la cadena alimentaria se suma al carácter predominantemente nacional de los controles, sanciones y ejecución, una situación que se cree que aumenta el riesgo de que haya fraude alimentario.
• Existen otros factores como la crisis económica actual, las medidas de austeridad que afectan a las agencias de control y la presión del sector de la distribución comercial para que se produzcan alimentos de manera cada vez más barata.
• El Parlamento Europeo considera que se debería aclarar el papel de los comerciantes y el marco legislativo aplicable a las transacciones entre empresas.
Como respuesta a esta situación, el Parlamento Europeo acoge favorablemente la decisión de la Comisión de crear un equipo de fraude alimentario y reconoce el esfuerzo de Europol en la lucha contra el fraude alimentario; pide a la Comisión que amplíe los objetivos de las revisiones de la Oficina Alimentaria y Veterinaria para incluir el fraude alimentario; considera que la oficina debería recurrir a inspecciones sin preaviso; pide a la Autoridad Presupuestaria que aumente la capacidad y los recursos de la Oficina Alimentaria y Veterinaria y del equipo de fraude alimentario de la Comisión y propone celebrar cada año en su Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria una audiencia de la Oficina Alimentaria y Veterinaria para analizar las revisiones hechas y futuras antes de que la oficina adopte el programa de trabajo correspondiente al año siguiente