La soja tiene chances
De acuerdo con analistas ligados a Chicago, los precios ya han asimilado la situación en Sudamérica y los fondos van a recortar su extrema posición vendida de cara a la campaña en Estados Unidos, que pronto va a comenzar. Se esperan subas.
La soja parece estar muy cerca de consolidar un cambio en este mercado, al menos en el corto plazo. Este escenario serviría para formalizar algunas ventas, pero no necesariamente implica una tendencia definida. Para eso deben materializarse algunas cuestiones concretas. En principio, esta semana tendremos un informe clave por parte del USDA, con datos vitales para la producción y stocks al 1º de marzo pasado.
La batalla principal tiene que ver con la superficie proyectada para la temporada 2024/25. Lo que vaya a decir el Departamento de Agricultura de Estados Unidos puede cambiar el rumbo del mercado, así ha sido en numerosas oportunidades. Un dato de área sembrada muy apartado de lo que se espera puede llevar las cotizaciones hacia arriba o hacia abajo, según sea significativamente menor o contundentemente mayor a lo que imaginaba el inversor.
Lo demás dependerá de que se pueda completar con éxito la superficie planteada. En principio el corazón productivo de Estados Unidos muestra un área no menor en condiciones de seca, pero llegarán lluvias esta semana. La mayoría de los analistas entienden que van a aliviar la situación, pero las dudas sobre la suerte del período crítico de la soja persistirán.
Estados Unidos viene de un invierno casi inexistente, con temperaturas muy por encima de lo normal. Para julio-agosto se esperan marcas térmicas muy superiores a lo habitual, escenario que no es el más amigable para el llenado de granos en la soja.
De acá en más lo que ocurra en el país del norte será el driver vital que va a modelar la suerte de las cotizaciones de la oleaginosa. La idea es mantenerse conectado para tomar decisiones acertadas, más allá de las limitaciones que el mercado local impone al productor.
Es que hasta acá el agroempresario argentino no ha encontrado mayores razones para fijar precios, con una paridad cambiaria que muestra cierto atraso y valores que se ven poco remunerativos. Recordemos que a diferencia del resto del planeta, debe tolerar retenciones que deprimen los precios y cambian la ecuación.