Salta

La sequía expulsa a los pequeños productores

En la localidad de El Quebrachal afirman que, en los últimos dos años, un 80% dejó la actividad por la falta de agua

24 Ago 2013

La histórica sequía que golpea a Salta no discriminó zonas ni estratos de productores. Todas las regiones están afectadas y todos los productores están en problemas. Pero, por menor escala y recursos, los pequeños productores son los más comprometidos: en esta región, en el noroeste salteño, se estima que en los últimos dos años de sequía ya expulsó al 80% de los pequeños productores.

 

"El pequeño productor, que tiene 50, 100 o hasta 150 animales, está desapareciendo. No tiene recursos, posibilidades de hacer mejoras en su campo y la hacienda que tenía la vendió a campos más grandes. En los últimos dos años, ha desaparecido el 80 por ciento de los pequeños productores en esta zona y alrededores", dijo Nino Oscar Padilla, técnico de la Escuela Agrotécnica N° 3126 y vacunador de la Fundación Ganaderos del Sur.

 

Para muchos pequeños productores, la sequía terminó de agravar una situación de por sí delicada cuando tuvieron que desalojar tierras fiscales que ocupaban y fueron vendidas.

 

"El pequeño productor que estaba en el campo se fue al pueblo, pero en el pueblo no consigue trabajo", expresó Padilla. Este técnico trabaja como vacunador de las campañas contra la fiebre aftosa dos veces al año y no deja de observar que entre una y otra vacunación bajan de manera persistente la cantidad de productores y el stock de hacienda.

 

María Emilia Hernández es técnica en la zona de El Quebrachal, 250 kilómetros al sudeste de Salta. Coincide en la crítica situación para los pequeños productores. "Todos están afectados por la sequía, pero el pequeño productor tiene menos espalda económica y desaparece porque no tiene alternativas para estar en el campo. Además, en el pueblo hay gente sin estudio de 30 a 40 años que trabajaba en empresas grandes ganaderas y agrícolas, y se queda desempleada porque esas empresas sufren el impacto de la sequía también", afirmó.

 

Algunos tratan de resistir, pero se les hace cada vez más difícil y se sienten en riesgo de dejar también de ser pequeño productor. Es el caso de Juan Carlos Álvarez. Hoy tiene un rodeo de menos de 40 animales. Se le murieron 13 entre el año pasado y el actual.

 

"Compro rollos de rastrojos de soja y de pasto porque en el campo ya no tengo más pasto, pero igual se me siguen muriendo los animales. No puedo seguir gastando para comprar alimento para los que me quedan", señaló, mientras mostraba a LA NACION uno de los tantos vacunos que yacieron en medio del monte.

 

Álvarez paga entre 200 y 300 pesos cada rollo para dar a los animales. Un hermano lo ayuda a comprarlos, pero advierte que se le hace cada vez más difícil continuar en esta situación y que por ello no descarta vender la hacienda que permanece en el campo.

 

"Siempre fui productor; no sé qué podría hacer si vendo. No recuerdo un año peor que éste. Me siento en riesgo como productor", resaltó.

 

Ante la necesidad de venta y la falta de pasto, los precios de la hacienda han caído. En ese marco, hubo un fuerte traslado de animales a otras provincias, entre ellas al Chaco, adonde se han movilizado unas 30.000 cabezas de ganado.

 

"El problema de eso es que mucha hacienda no está en condiciones de ser cargada en el camión, porque está muy débil", explicó Carlos Pagola, productor.

 

Otro fenómeno es el cierre de feed lots, establecimientos de engorde a corral, porque se les termina la comida. LA NACION recorrió uno que disponía de alimento para un día más. Después estaba obligado a vender como sea los animales. "La zona se está vaciando de hacienda", alertó Pagola.

 

El futuro inmediato es desolador. Víctor Romero, productor y profesor de la Escuela Agrotécnica N° 3126, cuenta que en la zona quedaron en esta campaña de trigo campos sin sembrar. Ocurrió incluso en establecimientos que podían contar con riego por inundación. Eso pasó por el desánimo.

 

"Sin dudas va a caer el área sembrada la próxima campaña", indicó.

 

Las Lajitas, una estrella que se apaga

 

En los últimos ocho años, la localidad de Las Lajitas se convirtió en la estrella de la agricultura salteña. Llegaron productores de otras regiones a sembrar, la superficie con granos aumentó y se instalaron distribuidoras de insumos de grandes compañías multinacionales. Sin embargo, la sequía trajo preocupación. Los rindes de soja y maíz fueron muy bajos como en otras zonas de la provincia. Y de cara a la próxima campaña en las empresas de insumos ven a los productores con poca plata, deudas atrasadas y necesitando refinanciación y ayuda para volver a sembrar.

 

"Los productores no terminaron de pagar las cuentas. Hay productores que esperan refinanciación o que les habiliten cuentas los bancos", expresó Lucas Norris, socio de Siner SA, distribuidora de insumos. "El año pasado, a estas alturas el 90% había pagado sus compromisos, pero ahora lo hizo un 40 a 50%", dijo.