Economia

La COPAL salió con los tapones de punta

La entidad sostiene que acatar una imposición gubernamental no es acuerdo voluntario en materia de precios

23 Ago 2023

La Industria de Alimentos y Bebidas reclama respuestas a los problemas planteados que atentan contra su capacidad de producción y abastecimiento

 La Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (COPAL), en representación de los 34 sectores que la componen y del entramado de 14.500 empresas, entiende que la dinámica de control de precios impuesta en la última semana por la Secretaría de Comercio Interior de la Nación, no es posible ni sostenible si no se da lugar al entendimiento y al diálogo intersectorial.

A pesar de que la Industria de Alimentos y Bebidas ha demostrado siempre un firme compromiso al participar en distintos programas de gobierno y acuerdos voluntarios, tales como Precios Cuidados y ahora Precios Justos, la renovación del Programa bajo las condiciones pretendidas y sin mediar un espacio de intercambio no es viable. Sobre la base de una serie de convocatorias en lo individual a un conjunto de empresas del sector, el gobierno ha anunciado un nuevo esquema de pautas de precios que las empresas han debido acatar para continuar abasteciendo, pero que de ninguna manera funciona sobre bases firmes, menos aún sobre los principios de un acuerdo voluntario.

Pretender que la industria de alimentos y bebidas pueda absorber el impacto de la reciente devaluación es negar el marco de desequilibrios de costos y precios que afecta a este sector, al igual que al resto de la cadena de valor. Sólo en las últimas 3 semanas, los principales costos de producción han aumentado en promedio entre un 15% y 30%, frente al 5% de incremento de precios propuesto. También se proyectan paritarias por encima del 140%. Evidentemente, la política distorsiva en materia inflacionaria vuelve a generar presión sobre la industria de alimentos y bebidas, que con mucho esfuerzo ha sido el único actor de la cadena de valor en absorber el impacto de este flagelo, que lejos está de ser resuelto e impacta al conjunto de la sociedad.

En un contexto de total incertidumbre para operar, el sector enfrenta dificultades de distinta índole. Se registran restricciones para el acceso y disponibilidad de materias primas, insumos, bienes intermedios y bienes finales al no efectivizarse la aprobación y debido curso de las SIRAS y SIRASEs. Se suman los descalces financieros y la deuda comercial fruto de los extensos plazos asignados para el acceso a divisas y pago de importaciones. Todo esto pone en jaque las relaciones no solo comerciales, también las que se asocian en primer lugar a la producción.

A su vez, a raíz de la devaluación que llevó el dólar oficial mayorista a $350, los sectores exportadores adheridos al Programa Incremento exportador han dejado de acceder al tipo de cambio diferencial que se otorgaba ya que ha quedado desactualizado el esquema.

En ese sentido, el contexto se vuelve cada vez más complejo para los distintos sectores de la industria de alimentos y bebidas, los cuales se ven imposibilitados de continuar absorbiendo, como lo vienen haciendo hasta el momento, estos impactos y se ven en la necesidad de requerir de forma urgente a las autoridades, un espacio de diálogo efectivo que permita acordar mecanismos que arbitren sobre las posibilidades ciertas para la producción.

Por esto, desde COPAL instamos al diálogo intersectorial, esperando se dé conforme al entendimiento del gran impacto que se registra en costos y prospere a un escenario razonable, teniendo en cuenta que se trata de un pilar esencial de la economía.