La crisis por el coronavirus profundiza los problemas de la cadena láctea
José Luis Rossi, docente de la FAUBA, analiza el sector y prevé posibles excedentes de producción en primavera y caída del precio por litro al productor.
Mientras el mundo sufre la caída del mercado internacional de lácteos a causa de la pandemia de coronavirus, en la Argentina, la baja de la demanda interna aumenta la tensión entre los eslabones de la cadena de la leche. En el corto plazo, estas situaciones, sumadas a la probable ocurrencia de excedentes de producción en primavera, hacen prever una reducción en el precio que reciben los tamberos por litro de leche y, por lo tanto, en los márgenes económicos de la actividad. Asi lo advierte un informe de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA).
En este marco, José Luis Rossi, profesor de la cátedra de Producción Lechera de FAUBA, profundiza en la actualidad, el futuro, las fortalezas y debilidades de este importante sector productivo.
"En poco tiempo, la reducción del comercio internacional va a impactar en el precio de la leche. La facturación de un tambo moderno depende sobre todo de la producción de leche, más allá de que se puedan obtener ingresos adicionales por hacer agricultura y vender animales para carne. Por eso, si el precio cae, el margen se achica. Dejar de producir leche significa reducir la facturación al mínimo, y como estrategia general, achicar gastos tampoco resulta saludable ya que también termina reduciendo producción e ingreso económico", explicó Rossi.
Para el docente, es probable que el productor ajuste su sistema para hacerlo más eficiente porque sabe que es clave maximizar el retorno por cada peso invertido; pospondrá inversiones y descartará del sistema animales improductivos. En los sistemas lecheros, el proceso de producción es tan complejo que el productor que desea continuar en actividad difícilmente decida desarmar su sistema, aun en la presente coyuntura. Pero la pandemia sí puede ser un detonante para aquellos que por otras circunstancias -como edad, enfermedades, nivel de endeudamiento u otras razones- no puedan superar la situación.
"Los números indican que en marzo 2020 se produjeron 794 millones de litros de leche, un 6,5% más que en marzo 2019. Visto por trimestre, en el primero de 2020, el incremento es del 8,8% contra el mismo trimestre de 2019. Seguramente, la producción acumulada durante el primer semestre de este año va a estar por encima de la obtenida el año pasado. Por lo tanto, la primavera puede encontrarnos con una oferta de leche excesiva si continuamos a este ritmo, en presencia de la contracción actual de la demanda", afirmó Rossi.
Rossi comentó que la caída de la actividad económica por la pandemia complica el funcionamiento equilibrado de toda la cadena. "Al ser perecedera, la leche se debe industrializar de inmediato. Por eso el productor necesita una contraparte que la ‘procese', un eslabón comercial con un canal de distribución, puntos de venta ‘aceitados' y una demanda que traccione toda la cadena. En situaciones ‘normales', estos actores responden de forma coordinada, pero como el precio pagado al productor lo determina la industria, el productor lleva las de perder. La pandemia eleva las tensiones ante la presente caída de la demanda".
Y añadió que es complejo lograr tal coordinación entre eslabones de la cadena láctea, a pesar de los grandes esfuerzos del sector productivo. Desarrollar una estrategia sectorial requiere de acuerdos previos difíciles de alcanzar sin metas claras para el largo plazo. "La consecuencia lógica es el estancamiento. Tal vez la autocrítica sea que la lechería argentina no alcanzó un nivel de acuerdo entre los actores que se traduzca en expansión y crecimiento acorde a nuestro potencial por ambiente, por recursos y por capacidad de los individuos que la conforman".
Fuente: FAUBA