Efecto climático y la soja golpean a productores de miel
Productores apícolas se ven desesperados ante la baja de kilos cosechados en período demanda creciente y buenos precios
El cambio climático está repercutiendo negativamente en el sector apícola provincial asentado en el centro-oeste santafesino. El desorden climático que se traduce en calor temprano, fríos extremos y abundantes lluvias que se suceden como eslabones de una cadena infinita, han dejado sin cosecha de miel a productores de la provincia de Santa Fe, Entre Ríos (excepto la zona de islas) y sur de Buenos Aires. A este factor climático se suma un modelo de producción de monocultivo, basado en la soja que hace que no queden lotes para producir cultivos que son parte esencial para la producción apícola como, por ejemplo, el girasol y la alfalfa. Este último factor, conocido como “sojización”, está desplazando los centros de producción provincial hacia el oeste, al límite con Córdoba, concretamente hacia la cuenca del arroyo Las Tortugas.
Unos 45 productores apícolas del departamento Belgrano no pudieron cosechar miel como consecuencia de estos factores.
Daniel Toia, apicultor desde hace 40 años junto a su hermano, relata angustiado la situación que atraviesan. Los Toia comenzaron en los años 70 con unas diez colmenas, y alternaban sus trabajos como empleados bancarios con la producción de miel en la zona de Montes de Oca. Hoy tienen 800 colmenas y hace muchos años que dejaron de trabajar en el banco. “Es la primera vez que no hay miel para cosechar”, dice en un tono desesperado. En buenos tiempos señala Toia, se cosechan entre 40 y 45 kilos de miel por colmena, y remarca, “hoy cosechamos sólo 5 por colmena”. Toia apunta, por un lado, al cambio climático con sus vertiginosos ascensos y descensos de temperaturas y las lluvias que producen inundaciones y, por el otro, al fenómeno de la sojización que redujo las áreas de pastura al mínimo. Este escenario se plantea en un marco favorable para las exportaciones de miel argentina, especialmente hacia Alemania y Japón, buenos precios y una demanda creciente que este año no podrán ser aprovechados por falta de miel.
No perder las abejas depende de la ayuda urgente del Estado. En este sentido, el senador Alberto Crossetti mantuvo una reunión con la coordinadora del Programa Nacional de Apicultura, que depende del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, María Graciela Hedman, y solicitó que, en lo inmediato, se asista a los productores para poder comprar azúcar para poder alimentar “artificialmente” a las abejas pues al no haber habido cosecha la abeja no hizo reserva de miel que utiliza para alimentarse. Esto lleva a los productores a hacer un jarabe de azúcar que se les provee en la colmena, de modo que tengan alimento hasta la llegada de la primavera con la floración.
Se requieren entre 10 y 12 kilos de azúcar por colmena para hacer frente a la alimentación de las abejas durante la temporada invernal.
Por otra parte, durante el encuentro el senador Crossetti planteó a las autoridades del programa Nacional de Apicultura, la importancia de desarrollar en la zona una sala comunitaria de extracción de miel para los pequeños apicultores de la zona. Esta sala comunitaria debe estar adecuada a las exigencias del Senasa y permitirá que muchos pequeños productores puedan proceder a la extracción de la miel acorde a las normativas nacionales e internacionales, permitiéndoles la inserción plena al mercado. El lugar previsto para la instalación de esta sala de extracción es en el lugar donde se emplazó el obrador de la Ruta 65 entre las localidades de Las Rosas y Bouquet, son 3 hectáreas que Vialidad provincial cedería para este emprendimiento comunitario.
Funcionarios nacionales comprometieron su visita al lugar para el 30 de este mes, de modo de entrevistarse con los apicultores y convenir las soluciones a la problemática planteada.