Pérdidas millonarias
El caos logístico genera un costo que supera por u$s 70 más de lo que pagan Argentina y Estados Unidos por transportar sus granos
La Asociación Nacional de Exportadores de Cereales (ANEC) estimó por lo menos en u$s 4 mil millones las pérdidas que los productores tendrán este año por la caótica logística para exportación de soja y maíz en el Brasil.
La organización dice que el país va a exportar 40 millones de toneladas de soja y 18 millones de toneladas de maíz.
El costo para llevar cada tonelada a los puertos de Santos y Paranaguá pasó de u$s 81 a 98 por tonelada, alrededor de u$s 70 dólares más de lo que pagan los competidores de Argentina y los Estados Unidos.
"Las pérdidas involucradas en el flujo de la cosecha alcanzó valores superiores al costo que tendríamos en implementar múltiples corredores fluviales en el país", aseveró Sérgio Mendes, presidente de la ANEC.
Brasil tiene planes para implementar al menos dos hidrovías para el flujo de las cosechas por el Norte, en los corredores de los ríos Teles Pires-Tapajós y Tocantins Araguaia.
El único corredor de exportación que funciona con salida hidroviaria a través de la cuenca del Amazonas es el del río Madeira desde Porto Velho (RO).
El gobierno brasileño demostró interés en el desarrollo de sistemas de transporte hidroviario al financiar la construcción de la esclusa que permite pasar la represa de la usina hidroeléctrica de Tucuruí (PA) en el río Tocantins.
El país gastó u$s 800 millones en el proyecto, pero ni bien concluida la estructura está subutilizada debido a problemas con la navegación aguas abajo de la presa.
La cosecha de granos para la exportación desde el norte de Brasil podría resolver parte de los problemas actualmente registrados en los puertos de Santos y Paranaguá.
Cuello de botella
Otra congestión es la que se observa en los alrededores del Puerto de Santos desde mediados de marzo, con el inicio de los embarques de la cosecha récord de soja. La situación tenderá a agravarse entre mayo y junio, según evalúa el presidente de la Asociación de Comercio Exterior de Brasil (AEB), José Augusto de Castro.
El problema fue observado con el embarque de la fracción menor de soja. Cuando coincida con el resto de la cosecha, con las de azúcar y maíz, la dificultad, que hoy es virtual, pasará a ser real entre mayo y junio, resaltó el directivo.
De acuerdo con Castro, una eventual baja en las cotizaciones de las commodities y el mantenimiento de los niveles actuales de costo logístico harían perder competitividad al país.
Hoy, el escenario es cómodo porque las cotizaciones se mantienen elevadas, pero si volviéramos a las condiciones del 2000 el país quiebra, afirmó durante una presentación en la conferencia Infraportos, que se realiza en San Pablo.
Castro advirtió también que los costos elevados logísticos sumados a la ineficiencia operacional, alejan a Brasil de la globalización e inhiben la atracción de inversiones.
El director general de la Agencia Nacional de Transportes Acuáticos (Antaq), Pedro Brito, también estimó que el país precisa mejorar la infraestructura portuaria para elevar sus patrones de competitividad. Según Brito, un ambiente regulatorio con reglas claras y duraderas, además de la reducción de la burocracia, son condiciones para atraer inversiones.
Liberar una carga en Brasil lleva de 5 a 7 días, en contraste con un día que demora en países más avanzados y en los países asiáticos. "Eso no condice con lo que queremos", enfatizó. "La factura de ese costo va para la carga, el usuario, el exportador, o importador", aseguró.
El funcionario defendió el desarrollo de rutas alternativas de descarga más baratas y compatibles con la cuestión ambiental, por ejemplo, usando los puertos Vila do Conde (PA) e Itaqui (MA) para el embarque de soja. También destacó la necesidad de inversiones en almacenaje recordando que el país dispone de facilidades para apenas un 30% de la zafra anual. En los Estados Unidos, la capacidad de almacenamiento es de dos años de cosecha, comparó.