Nada para festejar
En un nuevo aniversario de la implementación de la "125" el sector está en peores condiciones que en aquel momento. El área sembrada con cereales bajó fuertemente y la ganadería continúa estancada
Algunos lo categorizarán como el lustro perdido o al menos desaprovechado. Hoy se cumplen 5 años de la puesta en marcha de la resolución 125 del por entonces flamante gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, que instauraba las retenciones móviles para las exportaciones de soja, maíz, trigo y girasol, y que dio pie a un enfrentamiento sin precedentes entre el Gobierno y el sector agropecuario, que no se ha logrado despejar.
En aquel momento la cosecha estaba a punto de comenzar y, con los precios de la soja en torno a u$s 520 la tonelada, el derecho de exportación se iba de 35% a 44% por tonelada. La 125 tuvo sus días contados: 4 meses de conflicto, con cortes de rutas, movilizaciones masivas, intentos de negociación entre algunos funcionarios y una incipiente mesa de enlace agropecuaria, que pese a los esfuerzos de sus integrantes nunca volvió a tener el peso de aquellos días, el debate parlamentario que terminó con el voto no positivo del vicepresidente Julio Cobos.
En términos políticos ese enfrentamiento derivó en una fuerte derrota del oficialismo en las elecciones legislativas de 2009, el ingreso de agrolegisladores (que este año terminan su mandato) al Congreso, y en un alejamiento que nunca logró zanjarse con los ruralistas, que se mantuvieron en el reclamo constante y que hoy vuelven a amenazar con nuevas protestas ante lo que consideran una asfixiante política pública hacia el sector.
Retenciones, altos y crecientes costos por la inflación, precios congelados para los productores y una presión tributaría récord, que se ubicó a fines de 2012 en 37% del PBI, combinaron un coctel en estos últimos cinco años, en los que el clima, por sequía o inundación, golpeó fuerte al sector productivo.
Los dirigentes rurales dicen que se está peor que años atrás por el acumulado de intervenciones estatales y eso los lleva de nuevo al borde del conflicto. En ese marco, el equipo económico de Confederaciones Rurales (CRA) encabezado por Juan Cruz Rey Kelly, expuso que la Argentina se perdió de ingresos por u$s 40.000 millones en estos años de altos precios internacionales, por mantener una política antigua e ineficiente.
Eso porque los productores no trabajan al máximo de su potencial, explicó el economista, para quien si se siguiera el ejemplo de Brasil, el país podría estar teniendo una campaña de 120 millones de toneladas, entre todos los cereales y oleaginosas, y no de apenas por encima de 93 millones de toneladas como se calcula cerrará el actual ciclo 2012/13.
Al repasar las cifras de producciones agrícolas cinco años atrás y las de la actual campaña, se vislumbra que en el ciclo 2007/08, el de las retenciones móviles, se produjeron 84,58 millones de toneladas de los tres cultivos más importantes. Mientras en la actual campaña 2012/13 se producirían 11% menos: 75,14 millones de toneladas entre trigo, maíz y soja.
La oleaginosa sigue siendo la preferida, tanto del Estado por las divisas que representa como por los productores, que apuestan al poroto porque, dicen, es lo único que se acerca a darles rentabilidad. Así en cinco años, el área sembrada con la oleaginosa creció 18,7%, al pasar de 16,6 millones de hectáreas en el ciclo 2007/08 (el vigente al momento de la 125) a las 19,7 millones de hectáreas que se proyectan para la actual campaña. Eso sí, por factores climáticos o tecnología obsoleta en semillas el volumen de producción no logró superar las 52,67 millones de toneladas que durante el ciclo 2009/10 marcaron el récord histórico para la oleaginosa.
En estos últimos cinco años, en tanto, el área sembrada con maíz bajó 19,62% (de 4,23 millones de hectáreas a 3,4 millones de hectáreas), aunque la producción creció. Y la de trigo se retrotrajo casi 40%, al pasar de 5,94 millones de hectáreas en 2007/08 a 3,60 millones de hectáreas en 2012/13.
De esa forma, este año habrá sólo 9,8 millones de toneladas de trigo. Desde la 125 y la fuerte intervención estatal en el mercado triguero, con fijación de los precios de la harina y cupos de exportación inflexibles que hicieron que los precios al productor prácticamente permanecieran congelados, solo dos campañas trigueras fueron exitosas en volumen.
Las campañas 2010/11 y 2011/12 dejaron casi 30 millones de toneladas de trigo en conjunto. Pero no fue por incentivos estatales ni mucho menos: precios un poco más atractivos y una fuerte sequía que en 2011 diezmó otras producciones, como la sojera, llevaron a los productores a apostar por un viejo conocido, aunque duró poco.
En materia ganadera, el lustro desaprovechado también es una realidad, que lleva unos años más. Las exportaciones cerraron 2012 siendo las más bajas en 11 años y las segundas más bajas de los últimos 50 años. Se perdieron 12.000 puestos de trabajo en la industria frigorífica. De acuerdo con estimaciones del mercado, el stock vacuno se ubica en torno a 51 millones de cabezas, un 15% menos de lo que había en 2005/06 antes del cierre de exportaciones y el congelamiento de precios de la hacienda en pie, que rigió durante cuatro años. Hubo un leve repunte desde 2010 pero hace unos meses volvió a estancarse el valor de la hacienda y así se sumergió al ganadero en la liquidación de stocks, mandando a faena a mayor proporción de hembras.