Cada vez más atentos al resultado económico del negocio
La muestra no sólo es el primer termómetro comercial del año entre la oferta y demanda de tecnología, sino también es el ámbito más representativo a la hora de medir el ánimo de los hombres de campo
Expoagro no sólo es el primer termómetro comercial del año entre la oferta y la demanda de tecnología, también es el ámbito más representativo a la hora de medir el ánimo de los productores. La Nacion reunió a varios agricultores de diferentes zonas y escalas en el stand que la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid), quienes expresaron su panorama sobre el estado de los cultivos, los pronósticos de cosecha y la situación económica del negocio agrícola.
Acerca de los cultivos, casi todos coinciden en que las sojas de primera sobre rastrojos de maíz han sufrido menos la seca de enero, por la conservación de humedad que les dejó la cobertura. Por otro lado, opinan que los cultivos sembrados en diciembre rendirán poco, aunque también, y en cada caso, influyen mucho las rotaciones.
"Los maíces que se pudieron sembrar muy temprano están bien porque llenaron el grano a fines de diciembre, justo cuando se cortaron las lluvias; esos podrían superar las 10 toneladas por hectárea. Los tardíos, en cambio, sufrieron mucho más la falta de agua. Lo mismo pasó con la soja de primera respecto de la de segunda y en cuanto a sorgos y girasoles, son cultivos muy aguantadores a la seca, y en general se mantuvieron. Pero este es un panorama muy general, hay que evaluar cada zona y la historia de cada lote. Finalmente los resultados se ven arriba de la máquina", dice Juan Carlos Metifogo, asesor de campos en Rosario y Pergamino.
"Este es un año de rindes muy desparejos", coincide César Belloso, presidente de Aapresid, que maneja campos en Pergamino, General Pico y Coronel Suárez. "En general, los lotes de maíz sembrados muy temprano o los sembrados bien tarde son los que van a tener los mejores rendimientos, en cambio, los que van a rendir menos son los tardíos sembrados a principios de diciembre, porque la seca les pegó en el momento más crítico del ciclo", añadió
Sobre este tema, la asesora agrícola Graciela Verla, de la localidad de Alberti, agrega que "la diferencia está en anticiparse a los bruscos cambios climáticos que se vienen dando en las últimas campañas, y la única forma es mediante un buen sistema de rotaciones y de cobertura del suelo ".
ALQUILERES
Alejandro ODonnel, productor de Rio Cuarto, dice que este no es un fin de campaña fácil, sobre todo para quienes tuvieron que afrontar el costo de los alquileres y los servicios de laboreos. "En nuestra zona, algunos maíces de primera pueden llegar a 80 quintales, pero hay muchos que van a rondar los 50, lo que no alcanza a cubrir los costos. En cuanto a la soja, el granizo la castigó mucho; si bien habrá lotes de 4000 kilos, otros no llegarán a 1000", apunta.
Respecto de la decisión de asegurar los cultivos, el productor dice que "el seguro cubre los costos y en ese caso puede afrontar las deudas, pero uno necesita algo para vivir".
En las últimas campañas los fenómenos climáticos han puesto en alerta y bajo la lupa el negocio de alquilar campos para agricultura, sobre todo si además se compra el servicio de la maquinaria. "Hay que replantear el tema de los contratos, no se puede seguir asumiendo todo el riesgo, los costos internos aumentaron mucho y el precio de los granos sigue igual. La inflación se viene comiendo las ganancias. Es difícil seguir pagando alquileres tan caros si al menos uno no tiene campo propio como para compensar ese costo. Esa carrera no la corro más, es una inversión muy grande con un altísimo riesgo y en los últimos dos años la rentabilidad fue muy baja o nula. Seguir trabajando campo alquilado sin maquinaria propia requiere arrendamientos más bajos", explicó O´Donnell.
Coincide con el anterior Carlos Van Derstraten, productor de Lincoln: "Existen empresas muy grandes que pueden pagar altos alquileres debido a que la rentabilidad la consiguen por escala o, en el caso de las grandes alimenticias que consumen sorgo, soja y maíz, no les importa salir ?empatados en la producción primaria porque su objetivo es asegurarse la materia prima".
Según Andrés Madías, coordinador de los grupos regionales de la entidad, "uno de los temas que más preocupa hoy a los productores chicos de todas las regiones agrícolas del país es la sustentabilidad económica del negocio, ven que aumentan los costos, el riesgo climático es cada vez mayor y la rentabilidad se achica".
Si se saca un cálculo promedio acerca de un planteo de agricultura en campo alquilado, a un costo de 13 quintales de soja por hectárea, sumando la contratación de todos los laboreos, desde el barbecho químico hasta la comercialización, la inversión por hectárea de soja ronda los 4500 pesos, por lo que, sólo para cubrir los costos, el cultivo debe rendir aproximadamente 2,7 toneladas, al precio actual de la oleaginosa.
"Son cifras demasiado altas que uno pone a la intemperie con todo el riesgo que eso implica. En San Luis se está trabajando con el sistema de aparcería, donde el dueño del campo y el contratista o el inquilino comparten el riesgo", agrega Ricardo Meirovich, productor puntano.