Advierten que disminuyó la superficie cultivada con frutales en Mendoza
Las primeras frutas afectadas fueron manzanas y peras, pero a través de los años se han ido afectando otros cultivos, como damascos, ciruelas, cerezas, membrillos y duraznos.
El vicepresidente de la Federación Económica de Mendoza (FEM) y presidente de la Cámara de Comercio, Industria, Agricultura y Turismo de Tunuyán, Alberto Carleti, advirtió que en la provincia disminuyó la superficie cultivada con frutas, al tiempo que reclamó sobre la situación que atraviesa el sector por la suba de costos y la distorsión en la cadena comercial.
"Las primeras frutas afectadas fueron manzanas y peras, pero a través de los años se han ido afectando otros cultivos, como damascos, ciruelas, cerezas, membrillos y duraznos, por lo que hoy vemos que ha disminuido la superficie cultivada de todas las frutas que se producen en Mendoza", dijo Carleti.
"El continuo incremento de los costos es una de las dificultades de la actividad, porque el productor es la variable de ajuste de la cadena y él no puede trasladar los aumentos al precio de su producto", argumentó el vicepresidente de la FEM.
"La mano de obra en la mayor parte de los cultivos representa hasta un 60 por ciento del costo de producción, de allí la importancia que tienen estas actividades en la generación de empleo. Si bien el salario del trabajador no representa el mayor problema, sí lo son los impuestos al trabajo", analizó.
En lo que respecta a la cadena comercial, dijo que "si consideramos que un consumidor paga 80 pesos por un kilo de fruta en una verdulería o supermercado seguramente el valor de esa fruta en el mercado mayorista fue de 40 pesos, ya que normalmente en esta parte de la cadena el precio se duplica".
"De esos 40 pesos, el productor recibirá solo 8,40 es decir el 21 por ciento, la mano de obra y materiales de empaque representan un 44 por ciento o sea 17,60 pesos; comisiones y flete un 14 por ciento o sea 5,60 pesos; e IVA un 21 por ciento que significa 8,40 pesos", agregó el dirigente empresario.
"La distorsión que se produce en la cadena comercial es algo que se debe corregir, porque produce una gran diferencia entre lo que recibe el productor y lo que paga un consumidor, que en la mayor de las veces supera las siete veces, castigando así a las dos puntas de la cadena", concluyó Carleti.