Chaco

La lluvia complica la cosecha de girasol pero incentiva la siembra de soja

8 Ene 2013

Los pronósticos del Servicio Meteorológico Nacional fueron certeros y los aguaceros fueron más que bienvenidos en los campos con siembra reciente, aunque la humedad demorará la trilla del girasol que está promediando. Para los citadinos, el cumplimiento del pronóstico de inestabilidad climática también significó un alivio después de la tormenta de viento y tierra que se desató en la tarde del pasado sábado. Si bien las calles que no tienen pavimento sentirán los efectos de las precipitaciones, el agua caída servirá para acumular el vital líquido que los vecinos de la ciudad ya se están acostumbrando a cosechar debido al déficit de provisión que manifiesta la empresa Sameep. 

La lluvia fue el mejor regalo de Reyes para los campesinos chaqueños, que esperan que en este año la soja sea el cultivo que les permita subsanar el quiebre que les ocasionó la sequía de la campaña pasada. El chacarero, que tiene sembrado el grano estrella, agradece la humedad que aportará al buen desarrollo de la primera etapa del cultivo. Los que rogarán que el pronóstico de sol para hoy se cumpla, son los que sembraron girasol ya que el cultivo está presto para ser cosechado y una lluvia excesiva puede provocar el vuelco de las plantas por el peso de la torta. Son las contradicciones que se repiten campaña tras campaña, en este Chaco pendiente y dependiente del clima. 

Registros dispares 

Los registros pluviométricos de ayer, si bien manifestaban que la lluvia fue general, exponían la disparidad de mediciones que existe entre áreas vecinas. La ruta nacional 16 ejerce nuevamente de límite imaginario entre las abundantes y las escasas precipitaciones. En el centro chaqueño la lluvia en la ciudad de Sáenz Peña promedió los cincuenta milímetros, mientras que en el área rural ubicada hacia el sur los datos fueron superiores y hacia el norte inferiores 

En el departamento Comandante Fernández las mediciones en el área agrícola sur fueron óptimas, con datos de algo más de setenta milímetros. En el vecino O’Higgins las mediciones fueron superiores, registrándose datos de ciento noventa milímetros, por ejemplo, en la planta urbana de La Tigra y en el sector rural hasta doscientos cuarenta milímetros. En el mismo distrito, pero en el área agrícola de La Clotilde, en el lote 7 el registro alcanzó los doscientos quince y hasta doscientos treinta milímetros. En el cardinal opuesto, hacia el norte de Sáenz Peña, en la localidad de Tres Isletas la lluvia apenas alcanzaba los cuarenta milímetros en la mañana de ayer y en la necesitada Juan José Castelli, el pluviómetro apenas marcaba veinte milímetros. 

Repetida incertidumbre 

Los aguaceros siempre son bienvenidos en el interior provincial que basa un buen porcentaje de su economía en lo que el campo produce. Hasta el pasado fin de semana profesionales de la agronomía y productores coincidían en señalar que las precipitaciones de diciembre, después de las interminables semanas de sequía, no alcanzaban para recuperar el perfil de humedad en los suelos. 

Los escasos milimetrajes que se habían registrado, sin uniformidad en la provincia, y la importante evapotranspiración diaria por las elevadas temperaturas, provocaban inquietud entre los chacareros que cargan sobre sus espaldas varias campañas agrícolas negativas por efecto de la seca. Pero como el comportamiento del clima tiene acostumbrados a los chaqueños, el agua llegó en la madrugada pasada, rozando el exceso hacia el sur del departamento Comandante Fernández, y a cuenta gotas hacia el cardinal norte. En consecuencia mientras unos agricultores siguen preocupados por la escasa humedad, a no más de cien kilómetros otros se lamentan por el anegamiento de los campos. 

Las precipitaciones de las últimas horas no serán la solución al déficit que el año pasado promedió los trescientos milímetros en la zona agrícola dos mil milímetros acumulados en un decenio-, pero le devuelve el optimismo al productor que apostará nuevamente a la soja, con la esperanza de que los próximos meses las precipitaciones pluviales sigan regando los cultivos y aseguren una buena cosecha.