Menos soja argentina
El Departamento de Agricultura de Estados Unidos presentará en su primer informe de 2013 una estimación en soja superior para Brasil, y un recorte para la cosecha argentina.
El mercado de granos mostró el comportamiento típico del final de cada año, con poco volumen y bastante volatilidad, producto de la escasez de negocios en general. Esta dinámica fue exactamente igual tanto para el mercado internacional como para el local.
El mercado aguardará ahora el próximo informe del Departamento de Agricultura de Estados Unidos del día 11, que consignará las cifras finales de la campaña 2012/13 norteamericana y modificará el balance de oferta y demanda global. Existe un amplio consenso entre los operadores en sostener que el USDA aumentará su proyección para la soja brasileña y la disminuirá para nuestro país.
El clima en Brasil ha resultado ser benigno hasta el momento, con la excepción de la región del noreste, que ha recibido lluvias por debajo de lo normal. En su último informe, el USDA proyecta una producción de 81 millones de toneladas. Para este país los analistas privados aguardan un ligero incremento de esta perspectiva.
En nuestro país subsisten varias áreas anegadas por el exceso de precipitaciones y ya casi nadie piensa que la estimación del informe anterior del USDA, de 55 millones de toneladas, pueda llegar a materializarse. En Chicago los analistas privados barajan estimaciones de producción para la Argentina de entre 50 y 55 millones de toneladas.
La Bolsa de Cereales de Buenos Aires pronostica un área de cultivo de 19,7 millones de hectáreas para esta campaña 2012/13, con la siembra relativamente demorada por el exceso de precipitaciones en varias áreas. Para confirmar esta superficie de siembra habrá que esperar el desarrollo del clima en los próximos días.
El informe del USDA también podría recortar aún más la producción de maíz en Estados Unidos al incrementarse el área de abandono de esta campaña seca. También se especula con la idea de que, en el balance de oferta y demanda doméstica, se incremente el uso de maíz como forraje en Estados Unidos, lo que generará un resultado final de existencias más ceñido que el actual.
De acuerdo con un reciente artículo de Nature, el periódico científico especializado en biología, en las décadas venideras el crecimiento poblacional, el sostenido consumo de carnes y productos lácteos y la expansión en el uso de combustibles alternativos incrementará marcadamente la presión sobre la agricultura global.
El estudio consigna que varias regiones del planeta se encuentran estancadas productivamente en aquellos cultivos más extendidos, como maíz, arroz y trigo. Las observaciones realizadas -que abarcan el período desde 1961 hasta 2008 y comprendieron estudios sobre rendimientos en cuatro cultivos clave: maíz, soja, arroz y trigo- concluyeron que a pesar de expandirse los rendimientos en varias regiones, en otras nunca se incrementan o se encuentran estancadas. Esto resulta particularmente cierto en zonas del planeta muy importantes como la India y China, y también en Estados Unidos. Los autores de la nota consignan que últimamente se han dedicado numerosos esfuerzos en incrementar la productividad de cultivos que son utilizados para alimentar animales y generar energía, en detrimento de otros -como el trigo o el arroz- que tienen una relación directa e inmediata con la alimentación humana y la seguridad alimentaria mundial.
El desafío de los próximos años consistirá en poder seguir atendiendo una demanda global creciente con nuevas inversiones, particularmente en las regiones con mayor potencial de rendimiento. La población norteamericana no crecerá tan sostenidamente como la asiática o la india, pero también experimentará un crecimiento marginal, lo que la hace también dependiente del incremento productivo.
Las sociedades asiáticas no sólo crecen numéricamente, sino que, además, la mejora en la calidad alimentaria de estas comunidades hace indispensable seguir aumentando la oferta de alimentos.
Hacia 1823, Thomas Malthus divulgaba su teoría sobre la provisión de alimentos, que progresaría a un ritmo menor que el crecimiento poblacional. Los autores de la nota de Nature confían en que estas predicciones sigan siendo erróneas como hasta ahora.
Por: Ricardo Baccarín