Más soja, menos nutrientes
La intervención al negocio del trigo y el maíz hizo que muchas hectáreas pasaran a soja con la consecuente menor demanda de fertilizantes. A esta situación se le suma la falta de piso que provocó que muchos optaran por maíces tardíos
El mercado de fertilizantes se ve golpeado por la situación que vive el sector agrícola, los cultivos que tienen una mayor demanda de este insumo, trigo y maíz, sufren desde hace varios años una intervención que no resiste ningún tipo de análisis ya que el único resultado tangible fueron más hectáreas de soja en cada campaña.
Si bien este año se intentaron dar señales políticas con la liberación de 6 millones de toneladas para el trigo y de 15 para el maíz; comenzado diciembre y con fuertes indicadores de una cosecha triguera muy pobre con graves problemas de calidad ya se percibe que el gobierno es capaz de intervenir nuevamente para garantizar el suministro interno del cereal. Según indica Reuters esta semana han sido reportados barcos cargados con 30 mil toneladas de trigo cuyo destino es Brasil que no son autorizados a abandonar el puerto.
Previo al comienzo de la campaña el evento climático del Niño prometía perfiles cargados para asegurar una siembra exitosa de maíz, situación que se ha vuelto contradictoria por los excesos hídricos sufridos en toda el área agrícola que han obligado a muchos productores a migrar a planteos de maíces tardíos o sojeros por la falta de piso que reinó durante la primavera en los suelos pampeanos.
La sumatoria de todos estos eventos dan como resultado un menor volumen de fertilizantes aplicados al suelo por una menor necesidad de fertilización en la soja y los maíces tardíos en cantidad de kg por hectárea.
El ing. Pablo Pussetto, presidente de Fertilizar A.C., explicó que esperan una reducción del volumen de un 20% tanto para la rama de los fertilizantes nitrogenados como también de los fosfatados. Los motivos principales son la merma en la superficie del trigo (30%) y del maíz (20%), en el caso de este último es probable que la reducción sea mayor y además de esa superficie mucho va para maíces tardíos que requieren menos fertilizantes por menor necesidad y por la mineralización de nutrientes que se da por una mayor temperatura durante el desarrollo vegetativo.
Por otro lado, la migración de hectáreas a la soja provoca una menor demanda de fertilizantes porque la oleaginosa tiene un umbral de respuesta menor. No obstante, Pussetto aclara que “hay que estar muy atentos en cuanto al fósforo y al azufre porque el 70% de los suelos esta por debajo de los umbrales de respuesta”.
Desde la década del 80, con el avance de la agricultura, la disponibilidad de fósforo se ha visto disminuida hasta niveles por debajo de las 20ppm mientras que en otras ni siquiera se alcanzan las 10ppm.
Tal como advierte Fertilizar, en el caso del azufre la situación tampoco es alentadora. En la zona núcleo agrícola se observan altas respuestas a la aplicación de fertilizante azufrado dadas por la baja disponibilidad del nutriente.
Por otro lado, la relación de precios soja-maíz está en el nivel más favorable para maíz pero no se observa un pasaje masivo al cereal, esto se debe a que los costos de implantación del maíz son mucho mayores que los de la soja. Por esta razón Pussetto estima que solo los productores que son dueños del campo probablemente opten por maíz porque tienen una visión a largo plazo y se preocupan por la conservación de sus lotes y por eso valoran el aporte de carbono del cereal.
Todo esto agudiza la problemática de la exportación de nutrientes que se realiza cada vez que sale un barco cargado con granos del puerto. Estos son macronutrientes elementales para los cultivos que no vuelven a los suelos, perjudicando la fertilidad y sustentabilidad de los mismos, teniendo en cuenta que la reposición mediante fertilización es más que insuficiente. Fertilizar brindó datos que evidencian que en la campaña 2010-11 sólo se repuso el 27% de lo extraído en las cosechas (considerando nitrógeno, fósforo, potasio y azufre).
Como conclusión se puede afirmar que esta situación no es sustentable en el tiempo ya que se está hipotecando la calidad de los suelos.