Economía

El mercado de soja se adapta a una nueva realidad

Las expectativas de la implementación de las últimas medidas, ha tenido un efecto sensible sobre los valores negociados

21 Dic 2015

Sin dudas es imposible discurrir acerca de lo sucedido en la última semana en el mercado de soja y sus subproductos tanto a nivel local como global sin hacer foco en dos sucesos que por semanas mantuvieron en vilo a los operadores: la reducción de derechos de exportación, y más importante, la liberación del mercado cambiario y consecuente depreciación de la moneda local. Las expectativas de la implementación de ambas medidas, en particular la última, ha tenido un efecto sensible sobre los valores negociados tanto el recinto físico como los mercados a término, y ahora que han sido efectivizadas, resultarán en una reconfiguración de los patrones de comercio internacional de la principal oleaginosa.

Si bien el volumen operado en la plaza se ha estancado tras el fuerte alza de los valores ante incertidumbre por parte tanto de la oferta como la demanda con respecto a las formas que tomarían estas políticas, los valores fueron avanzando progresivamente hacia niveles en línea con la actual realidad de la capacidad de pago de los diferentes agentes de la cadena de comercialización.

Al día 16/12, sin aún encontrarse la quita de retenciones en el boletín oficial y con un dólar de referencia Com. 3500 “A” de $9,8268/u$s, el valor del FAS teórico en pesos sobre un FOB oficial de u$s 346 por tonelada era de $2080. A la jornada siguiente, el mismo cálculo, con un tipo de cambio de $13,7633/u$s, una reducción del 5% en los derechos de exportación y un FOB de u$s 352 otorga un resultado de $3.242; una mejora cercana al 56%. La capacidad teórica de pago de la industria, sin embargo, se encuentra bastante alicaída, sufriendo el fuerte declive de la harina de soja en el mercado internacional a pesar de la mejora evidenciada en el aceite, el cual ha vuelto a retroceder merced a la caída del petróleo.

Las ofertas abiertas escasearon durante los primeros días, partiendo de una base de unos $2.800 a $2.900 por tonelada, aunque los negocios puntuales que se realizaron hasta la jornada del jueves se encontraron más bien en el orden de los $3.000 de acuerdo a lo que se evidencia en SIO Granos. Ya con una referencia concreta con respecto al valor de la moneda, los ofrecimientos partían desde los $3.000 con entrega y aparecieron las postergadas ofertas sobre nueva cosecha, por la cual tanto la industria como la exportación proponían valores de u$s 215 la tonelada con entrega en mayo próximo, o algo más de $3.128 de acuerdo a la nueva curva de dólar a futuro en ROFEX.

En el mercado a término de Chicago el poroto escenificó una notable recuperación hacia el final de la semana tras alcanzar mínimos en más de tres semanas. Los pobres datos de crushing publicados por la Asociación Nacional de Procesadores de Oleaginosa norteamericana para el mes de noviembre mostraron un procesamiento total algo superior a las 4,25 millones de toneladas, el volumen más bajo para dicho período de referencia desde 2011. A su vez, las exportaciones semanales relevadas por el Departamento de Agricultura de aquel país se encontraron apenas por debajo del límite inferior previsto por los operadores de unas 900 mil toneladas.

La aparición de los primeros temores climáticos correspondientes a la próxima cosecha gruesa en el hemisferio sur impulsó un fuerte proceso de coberturas compradoras por parte de los fondos. En Brasil, las circunstancias que se viven en las regiones centro-oeste y sur difícilmente podrían ser más contrastantes. Los estados de Mato Grosso y Goiás sufren de una marcada irregularidad en las precipitaciones (con medias hasta un 30% debajo de lo normal) y altas temperaturas a lo largo de la región, mientras que en Paraná el total de lluvias sería el más alto en décadas, trayendo problemas sanitarios a los cultivos. Algunos analistas han revisado a la baja sus estimaciones, y superar la marca de 100 millones de toneladas ya no parece tan seguro.

Este último caso se asemeja, en menor medida, a lo que se espera para nuestra región, donde la finalización de la siembra se ha visto retrasada en el sur de Santa Fe y este de Córdoba por fenómenos extremos, promoviendo la aparición de plagas y malezas que, de agravarse, podrían encarecer los planteos de agravarse. Todavía es temprano para pensar en una campaña comprometida, pero el sistema climático se encuentra establecido.