Las finanzas complicadas
Proyección de resultados para la zona Sudeste de Buenos Aires sobre la base de los precios estimados a cosecha 2016 para trigo y granos gruesos. Las finanzas complicadas.
En la última cosecha hubo rindes regulares a malos en la zona en coincidencia con muy bajos precios para los granos. Queda mucho trigo en manos de los productores que no es posible vender porque no hay demanda. La exportación tiene compras acumuladas que superan por mucho el cupo autorizado hasta el momento para exportar. En vista de los enormes stocks excedentes, que superan holgadamente todo lo que la industria puede procesar hasta la nueva cosecha, la molinería compra sin apuro y barato, a precios que están muy por debajo de la paridad de exportación.
Este contexto complica mucho la situación financiera de los productores, que se refleja en la cadena comercial, para todos los rubros. Todo se compra financiado.
Las proyecciones del cuadro muestran resultados de quebranto para todos los cultivos, tanto en campo propio como en campo arrendado.
Los rindes de indiferencia necesarios para cubrir la totalidad de los costos para siembras en campo propio son de 50 qq/ha en trigo, 31 qq/ha en soja de 1ª, 30 qq/ha en girasol y 67 qq/ha en maíz.
En campo arrendado, para un precio de arriendo estimado en 6,5 qq/ha de soja, y para los precios y costos que se muestran en el cuadro, el costo total en quintales se estima en 51 qq/ha para trigo, 31 qq/ha para soja de primera, 30 qq/ha para girasol, y 69 qq/ha para maíz.
Estos rindes son factibles de alcanzar en maíz, y más difíciles en soja y en girasol. Pero por la mayor inversión que requiere el maíz, y en vista de las complicaciones financieras mencionadas, el área de maíz se reduce sensiblemente. También se reduce la superficie de girasol, que tiene un mercado complicado. La superficie de soja crecerá a expensas de estos dos cultivos.
Las finanzas de los productores mejorarían sensiblemente si se libera el mercado de exportaciones de trigo y maíz. Esto agilizaría las ventas y se terminarían los descuentos adicionales sobre el precio FAS teórico que sufre el productor, que se suma al tremendo descuento que implican las retenciones, que nunca tuvieron sentido por su impacto regresivo, y menos aún cuando los precios internacionales se encuentran en niveles tan bajos como los actuales.