Francia fija en 34 céntimos el precio mínimo de su leche
Madrid se resiste a hacer lo mismo porque en teoría no lo permite Bruselas, mientras los franceses venden a pérdidas en España sus excedentes lácteos.
Madrid se resiste a hacer lo mismo porque en teoría no lo permite Bruselas, mientras los franceses venden a pérdidas en España sus excedentes lácteos. La decisión gala supone un precedente que puede extenderse y al que quieren sumarse agricultores y ganaderos en España.
Francia acaba de abrir la espita por donde puede que acabe saliendo un gran chorro. Atendiendo las intensas demandas de sus ganaderos ha tomado la decisión de fijar que la leche tenga un precio mínimo en origen de 34 céntimos por litro, lo que ni siquiera ha conformado a sus productores, que quieren algo más. Pero al mismo tiempo ha despertado a los demás ganaderos de Europa, que presionan a sus gobiernos para que sigan la misma línea. Y no sólo eso, también los demás agricultores y ganaderos aspiran a que se les fijen precios mínimos a sus producciones, como único modo plausible de garantizar sus rentas, que es al fin y al cabo lo que siempre proclaman los políticos que aspiran a ocupar cargos públicos.
En Bélgica y Alemania, los productores de leche están empezando sus protestas. Únicamente aletarga algo la cuestión el hecho de encontrarnos empezando agosto, el mes por antonomasia de las vacaciones, cuando además es probable que muchos de los que tienen que se receptores de las protestas no estén en sus puestos.
En España arrecian las movilizaciones, especialmente en Galicia, cuyo presidente autonómico, Alberto Núñez Feijóo, está al lado de los ganaderos de leche, reclamando al Gobierno de Madrid que siga los pasos del de París. Pero el Ejecutivo de Rajoy asegura que eso de poner precios mínimos está actualmente prohibido en la UE, a lo que las organizaciones agrarias replican preguntando con insistencia: «¿Por qué ellos sí pueden y nosotros no?»
La presión va subiendo y acabará por no poderese resistir. El presidente de Francia, François Hollande, ha asegurado a sus agricultores: «Os voy a defender», y esta medida de imponer que las industrias paguen como mínimo 34 céntimos de euro por litro de leche es la primera muestra de que puede ir en serio su promesa. Otro indicio es que el presidente realiza una intensa campaña en la que preconiza que se prefiera la compra y el consumo de productos alimenticios franceses.
Las elecciones presidenciales francesas quedan cerca y animan a este tipo de cosas, pero también están cerca en España. Siempre hay comicios próximos en unos sitios u otros que parecen condicionar decisiones.
Mientras tanto, en España, el mercado lácteo está literalmente hundido. Los precios no paran de caer desde que desaparecieron las cuotas, lo que en principio iba a traer la libertad , que en general suele ser buena cosa. Ahora se paga la leche en España a sólo 22 céntimos, frente a los 34 de Francia. Pero es que, encima, las industrias galas inundan el mercado español con su leche a 22 céntimos, lo que marca el precio de referencia para comprar aquí barato. Las organizaciones agrarias señalan que eso es dumping y venta a pérdidas y que Bruselas debe tomar cartas en el asunto.