Lechería

Pymes lácteas cerca de la convocatoria

El 51 por ciento de sus gastos responden al pago mensual de los productores y en las pymes ese índice ya supera el 71 por ciento

Industriales pertenecientes al Centro de Industrias Lecheras (CIL) aseguran que el precio que abonan a los tamberos por la materia prima ocupa más de la mitad de los costos de producción que tienen las industrias en el país, mientras que desde las entidades que nuclean a las pequeñas y medianas empresas sostienen que los valores son mucho más altos y que incluso ya hay muchas pymes al borde de la convocatoria de acreedores.

La novedad se conoció luego de que productores lecheros de todo el país retomaran la realización de asambleas para reclamar por el precio que cobran por la leche, algo que se incluso lograron hacérselo saber al subsecretario de Lechería de la Nación, Jorge Videla, tal como lo indicó este medio en su edición del pasado domingo.

De esta manera, la dirigencia empresaria busca hacer público sus números -algo que los propios productores vienen reclamando desde hace tiempo- y también mostrar que no están en condiciones de hacer frente a un aumento tal como reclaman las entidades del campo.
Mientras tanto, en el Ministerio de Agricultura de la Nación continúan trabajando en lo que respecta al estudio de costos de la cadena productiva, para lo cual periódicamente se viene pidiendo información a cada uno de los actores del sector.


Costos que van directamente a la producción

“Financieramente hablando, una empresa grande está en problemas cuando la leche supera el 55 por ciento de sus costos de producción, y que hoy estén en un 51 por ciento es una muestra clara de lo complicada que está la situación. Ahora bien, el mismo calculo para una empresa pyme habla de un costo máximo del 65 por ciento, cuando hoy la leche para las empresas representa el 71 por ciento de los gastos”, declaró a PUNTAL VILLA MARÍA un dirigente empresario de APYMEL quien indicó que la situación es de extrema gravedad para las firmas comerciales más chicas ya que tienen menos recursos para subsistir.

“Hay varias empresas que están al borde de la convocatoria de acreedores y si esto no se dio todavía es porque muchas empezaron a correr el plazo de pagos y se pasó de 30 a 60 o 65 días, explicó otra fuente, perteneciente a la misma entidad empresaria y que también prefirió mantenerse en el anonimato.

Más allá de esto, ambos empresarios coincidieron en la difícil situación que atraviesan actualmente las empresas más chicas y que no cuentan con el acceso a créditos bancarios como para salvar sus cuentas.

La visión de empresarios pymes de la región

Ante la consulta de este medio, varios empresarios de la región dieron su visión sobre el estudio que difundió el CIL y aseguraron que los valores son similares en todas las empresas y que no solamente corresponden a las denominadas “grandes usinas”.


“Son todos costos muy altos y es cierto que más de la mitad de esos gastos van para los tamberos. Pero además hay que tener en cuenta que la inflación hace que todo vaya subiendo mes a mes y se complique más todavía el panorama de los costos”, aseguró un industrial de la zona nucleado en APIL, quien aseguró que los márgenes de las industrias son cada vez más estrechos para poder trabajar con normalidad.

Desde APYMEL fueron mucho más claros al aseverar que “los precios de la producción han bajado considerablemente y si bien el precio de la leche también se han estancado, no hay mucho más márgen para las empresas”.

Desde las empresas aseguran que en la región que tiene a Villa María como cabecera, el precio de la leche representa el 78 por ciento del costo final de un queso Sardo y el 71 por ciento aproximadamente, de un queso cremoso, una muestra clara de lo complicada de la situación de las empresas pequeñas y medianas.

La totalidad de las fuentes consultadas por este medio coincidieron en un punto y es en el incremento casi constante de otros costos, lo que dificulta aún más a su trabajo.
Una situación muy complicada para las pymes lecheras y que muestra a las claras la magnitud de la crisis que vive la lechería argentina.