La lluvia no para
Más de 30 distritos están azotados por el mal tiempo. Retrasos en las cosechas y en la siembra de trigo
Más de 30 distritos del interior de la Provincia se encuentran en emergencia agropecuaria desde junio, a causa de las intensas lluvias que desde marzo vienen complicando la actividad de los productores del centro y sur, que tienen entre el 50% y 100% de la cosecha comprometida. La persistencia del mal tiempo demora las actividades de siembra de trigo, que en algunas zonas ya la dan por perdida, y la cosecha de maíz, y soja, que se encuentra también fuera de fecha. Luego de la sequía que gran parte de la Provincia sufrió en el verano, el aumento de las precipitaciones desde abril y hasta ahora no dan respiro a los productores grandes y pequeños, en un panorama que en términos generales se presenta como “complicado” pero en términos individuales llega a casos “muy graves”. Sólo en junio, las intensas lluvias oscilaron entre los 75 y los 150 milímetros en la zona centro-este de la Provincia, según los datos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), y retrasan la siembra de los cereales de invierno, mientras que en el norte bonaerense, la situación provocó la falta de piso e inconvenientes de transitabilidad de los caminos, ralentizando la cosecha de maíz y la siembra de trigo. En el sudeste y sudoeste las circunstancias son similares, con “extensas zonas con anegamientos, con lo cual el acceso a los campos está dificultado”. El panorama que da la entidad sobre los próximos tres meses tampoco es alentador: se esperan precipitaciones “superiores a los valores históricos en toda la región” para agosto, septiembre y octubre. “TAPADOS DE AGUA” La zona centro, encabezada fundamentalmente por 25 de mayo y distritos aledaños tiene los campos “tapados de agua”, en otros casos, los más de 1.000 milímetros que desde los primeros meses del año hasta ahora han llovido no han drenado del todo, provocando serios retrasos en las cosechas de maíz y soja e impidiendo la siembra de trigo, que este año –antes por la rentabilidad y ahora por el clima- sufrirá una considerable merma. Los caminos rurales también están sufren serios anegamientos, complicando la circulación de maquinarias y camiones para el traslado de animales. Y respecto de la hacienda, la época de parición en esta situación aumenta las posibilidades del ahogo de las crías e impiden el engorde. El sudeste reviste la misma situación. Desde Coronel Suárez y hasta Olavarría y Bahía Blanca la situación de los productores es “preocupante”, lo que se agrava con las intensas lluvias del último fin de semana. “Si bien veníamos soportando y resignados a tener una cosecha de menor rinde y calidad, estos últimos tres días nos han metido en un pozo”, comenta la vicepresidenta de Carbap de Olavarría, Norma Urruti, quien señala: “Lo más preocupante es que el trigo debió sembrarse entre junio y julio y no se ha podido. Con esta situación, el retraso es cada vez mayor y muchos campos no tienen otra opción de siembra”. La declaración de emergencia y desastre en unos 34 distritos por parte del ministerio de Asuntos Agrarios de la Provincia, proporcionan a los productores afectados el beneficio de la prórroga o exención total o parcial del pago del impuesto Inmobiliario Rural, así como las moras en créditos con el Banco Provincia, préstamos especiales y suspensión de juicios, según el grado de afectación. Según considera la Comisión Provincial de Emergencia y Desastre Agropecuario bonaerense (CEDABA), creada por ley, un productor se encuentra en emergencia cuando su producción o capacidad de producción se encuentra afectada en porcentaje que oscila entre el 50% y el 79%; en cambio, si se encuentra afectado entre un 80% y 100 %, estará en desastre. DE LA SEQUÍA A LA INUNDACIÓN “De la sequía a la inundación, de la inundación a la sequía y otra vez, inundados. Venimos de mazazo en mazazo”. La definición es la del productor Alberto Larrañaga, presidente de la Sociedad Rural de 25 de mayo, frente a una situación preocupante que no ayuda a que los pequeños y medianos productores se recompongan desde 2009. Se refiere a la agobiante sequía histórica que precedió a la también histórica inundación de 2012. A fines de 2013 otra sequía se intercaló con las recurrentes lluvias de este otoño invierno. La zona de 25 de mayo y distritos aledaños es una de las más afectadas. Muchos productores contrajeron deudas bancarias, pero también privadas, con los proveedores de insumos y la desventajosa cosecha de esta temporada, traducida en un bajo rinde y una merma en la calidad de la soja y el maíz, no mejora las posibilidades financieras de los más afectados. Todavía es pronto para calcular las pérdidas reales en las cosechas de soja, maíz y forrajes para la alimentación de los animales. Tampoco es posible todavía estimar la fuerte merma en la siembra de trigo en esa región ante la falta de un suelo en condiciones. Sin embargo, otra vez, el diagnóstico de este año para el campo bonaerense vuelve a ser adverso. “Jamás en la vida había pasado una cosa así -dice Marcos Rebolini, el presidente de la Sociedad Rural de Coronel Suárez-. Este verano tuvimos casi cincuenta días seguidos con temperaturas de 40 grados y un viento caliente de alta intensidad que cocinó los cultivos por efecto de la evapotranspiración. Cuando se puso a llover en marzo, apenas fue posible levantar una parte de la soja y desde entonces casi no ha parado hasta hoy. Si bien no llueve demasiado, la lluvia es constante, lo que hizo que el suelo se terminara saturando y los arroyos que vienen de la sierras desbordaran en una forma que nunca se vio”.
En el caso de Los Toldos, la Federación Agraria Argentina (FAA), mostró la profunda preocupación de los pequeños productores. “Tras dos años de pérdidas por inundaciones, pequeños productores de granos, ganaderos y tamberos, siguen sin poder sembrar y comienzan a liquidar sus animales”, y destaca que “esta situación se repite en varias provincias”. El secretario gremial de la entidad, Omar Príncipe, advirtió que “los pequeños productores vienen denunciando hace tiempo la falta de mantenimiento de caminos y canales rurales, que por las lluvias de los últimos meses se encuentran completamente anegados y desbordados”. En la zona norte y centro de la provincia, muchos productores comenzaron a liquidar el stock de cerdos, vacas de cría y tambos. Según la FAA, Alfredo Iraeta, un tambero toldense que tiene 80 hectáreas propias, la mayor parte inundadas, se vio obligado a abandonar su chacra hace dos meses, vendió sus terneros y está por liquidar su plantel de madres porque no tiene destino su producción en estas condiciones.