El cambio de expectativas económicas ha puesto al trigo en el centro de la atención para la próxima campaña, como ocurrió en la última reunión del Consejo Regional Córdoba del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta) donde el cereal fue el principal eje de debate.
Según informó el director Regional del Inta, Eduardo Martellotto, “como parte de la tarea del consejo regional, se abordan temas técnicos o de actualidad, para que cada uno de los integrantes (del consejo) los lleven a sus entidades y a partir de allí se evalúe cómo reorientar las políticas del Inta”.
El encargado de realizar la evaluación técnica fue el especialista del Inta Marcos Juárez, Jorge Fraschina, quien centró su exposición en la necesidad de recuperar la calidad perdida el último año, para lo cual la principal clave es fertilizar pero también sugirió un recambio de las variedades que se sembrarán.
Problemas sanitarios
Como primera medida, Fraschina se sumó a quienes prevén un crecimiento en la superficie triguera. “Estamos atendiendo mucha demanda, las llamadas por teléfono o correo son permanentes. Se va a sembrar bastante más trigo y lo que tenemos que ver es cómo corregir ese problema de buenos rindes pero un porcentaje de proteínas muy bajo de la última campaña”, precisó el ingeniero agrónomo.
Entre las diversas estrategias para recuperar calidad, Fraschina recomendó un recambio de variedades. “Todas las que se vienen utilizando tienen problemas sanitarios, fundamentalmente roya de la hoja y roya del tallo, que reducen el peso hectolítrico. Los semilleros tienen oferta con variedades con mucho mejor comportamiento y la recomendación es cambiarlas. Sabemos que es difícil hacerlo de manera total, pero al menos hay que iniciar ese recambio parcialmente, y hacer un estricto monitoreo de las enfermedades”, puntualizó.
Fertilización nitrogenada
De todos modos, Fraschina insistió con que la clave para lograr estándares aceptables de calidad es la fertilización. “La propuesta de uso de variedades de mejor calidad tiene que ir acompañada siempre por una adecuada nutrición de cultivo, fundamentalmente nitrógeno”, remarcó.
Según las evaluaciones a campo realizadas en el Inta Marcos Juárez, con una oferta grande de nutrientes, como por ejemplo 30 unidades de nitrógeno por cada mil kilos de granos producidos, es factible alcanzar rindes altos con buenos niveles de proteína, del 10,5 por ciento o más.
Otro aspecto clave es el momento de aplicación. “En general, no tenemos lluvias o no son frecuentes durante el ciclo del cultivo; por eso, la recomendación para todo el centro-norte es incorporar al fertilizante nitrogenado a los suelos antes de la siembra, teniendo en cuenta también que la mayoría de las sembradoras no tienen fertilización entre surco, porque esa es la manera de que una lluvia de mayo o junio permita que el nutriente quede incorporado al suelo”, sostuvo Fraschina. Y completó: “El fertilizante tirado al boleo en el macollaje no se incorpora y no llega en el momento en que lo necesita el cultivo”.
Ventaja agronómica
En la reunión del Consejo Regional del Inta, otro de los aspectos que se valorizó respecto al trigo es su importancia para quitar los excesos hídricos en zonas con napas altas además de ayudar a recuperar los suelos deteriorados por el monocultivo.
Eduardo Martelloto mencionó que “desde el Inta, en articulación con los ministerios y las universidad y entidades, estamos propiciando el mayor aumento posible en la siembra de invierno, para consumir agua en las zonas con napas muy cerca o que vienen de cosecha de cultivos de soja en la que quedaron muy huellados los lotes o hay procesos de salinización. Esto traería dos beneficios: por un lado, la producción de un cereal que es muy importante por la rotación y la economía; por el otro, un efecto positivo en la recuperación de los suelos que fueron afectados”.
Fraschina completó: “Desde el punto de vista de la superficie tan importante con excesos hídricos, el trigo es el que mejor tolera una napa alta”.
En base a imágenes aéreas, Martellotto aseguró que en las zonas afectadas por las lluvias hay unas dos millones de hectáreas donde sería “ideal” implantar trigo para quitar los excesos de agua. Este año, la Bolsa de Cereales de Córdoba estima que en toda la provincia se siembren 1,3 millones de hectáreas con el cereal.