Una comunidad autónoma como Cantabria, vivió durante siglos exclusivamente de la producción de leche. En 1986 había 20.000 productores de leche que producían unos 580 millones de litros al año, y hoy quedan 1.400 productores, que producen 485 millones al año, cobrando poco más de 30 centavos de euro, lo que difícilmente hace supervivir a las explotaciones. Es que no hay un precio mínimo de referencia que pudiera sostener a este sector de manera digna, bajo la excusa de que estamos bajo un mercado de libre competencia, relativa, porque se pactan los precios de la electricidad, entre otros.
Desde la organización de productores critican una ausencia total de los responsables del Ministerio de Agricultura y del resto de autoridades estatales, mientras en España desaparecen 2,1 ganaderos al día, la administración mira para otro lado.
Los productores españoles han insistido en que otro de los grandes problemas del sector es la grandísima fuerza de la distribución, que vende leche en los super poco por encima de lo 45 centavos de euro, en incluso con ofertas mucho más bajas. Por otro lado la industria no quiere perder dinero, lo que hace que al productor le lleguen preciso ridículos que no cubren los costos de producción.
