Producción

Cargill lanza productos sin transgénicos

El gigante estadounidense de materias primas, cedió ante las tendencias de los consumidores y ahora ofrece sus primeros productos con sello de aprobación del principal verificador de ingredientes libres de bioingeniería.

13 Oct 2016

Cargill, un gigante estadounidense de materias primas, cedió ante las tendencias de los consumidores y ahora ofrece sus primeros productos con sello de aprobación del principal verificador norteamericano de ingredientes libres de bioingeniería. 

El conglomerado agroindustrial maneja anualmente millones de toneladas de cultivos, como maíz y soja, que normalmente se siembran de cepas transgénicas. Pero también está lidiando con los gustos cambiantes, incluyendo la creciente desconfianza hacia los productos genéticamente modificados. La semana pasada Cargill contó que por primera vez recibió la verificación de Non-GMO Project, una organización sin fines de lucro de etiquetado voluntario, para tres de sus ingredientes para alimentos. La aprobación implica que las compañías de alimentos envasados que son clientes de Cargill pueden agregar en el paquete de sus productos el reconocido logo de la mariposa que pertenece al proyecto. 

"La demanda de alimentos y bebidas no transgénicas proveniente de los consumidores está creciendo, y Cargill responde", dijo Mike Wagner, director gerente de la división Norteamericana de almidones y endulzantes en Cargill. Los tres ingredientes de Cargill que cumplen con los estándares del proyecto son el azúcar de caña, aceite de girasol con alto ácido oléico, y eritritol, un endulcorante cero calorías producido a partir del maíz. De los tres, el maíz es el único cultivo que actualmente se siembra con cepas transgénicas. "No hay caña de azúcar transgénica, y no hay girasol transgénico", dijo Peter Golbitz de Agromeris, consultora de la industria alimenticia natural. "En cierto modo es una rendición ante el creciente temor de los consumidores de que hay motivos de preocupación en cuanto a todos los alimentos, en contraposición a sólo los alimentos que pueden tener variedades transgénicas comerciales", agregó. 

Vender productos verificados como no transgénicos podría ayudar a elevar los márgenes de ganancia para Cargill, que en los últimos años registra menores retornos. En un discurso a principios de año, el CEO David MacLennan dijo que si bien la compañía seguirá comprando cultivos transgénicos, "también estamos entusiasmados con las oportunidades con valor agregado que nos presentan cadenas de abastecimiento específicas, como las de productos no transgénicos". 

Los alimentos envasados con la etiqueta de Non-GMO Project aparecieron por primera vez en los supermercados en 2010. Hoy se verifican más de 40.000 productos, el equivalente a ventas anuales superiores a u$s 19.000 millones, según la página web de proyecto. En julio, el presidente Barack Obama convirtió en ley una medida que exige a las compañías alimenticias indicar en la etiqueta de los productos cuando éstos contienen ingredientes provenientes de cultivos transgénicos. 

El Departamento de Agricultura estadounidense tiene dos años para redactar la regulación, que sustituirá la ley de etiquetado que rige en el estado de Vermont desde julio. Cargill respaldó la versión final de la ley pero Non-GMO Project la criticó, argumentando que los tecnicismos permitirán que algunos alimentos transgénicos queden sin ser identificados pese a la obligatoriedad del etiquetado y que los códigos QR de los smartphones podrían reemplazar las etiquetas claras (Según la iniciativa aprobada por el Congreso, los paquetes deberán indicar la presencia de organismos transgénicos mediante una etiqueta con texto, o un símbolo o un código electrónico legible con teléfono celular) Cargill señaló que su compromiso con la verificación de los tres ingredientes, y "quizás otros en el futuro", probablemente eleve la superficie de cultivos no transgénicos. 

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